Paredes blancas, espacios impersonales y ese inconfundible olor a medicina. De entrada, no parece el lugar más acogedor del mundo. Pero ¿y si algo cambiara en esta ecuación? Con la certeza de que introducir el arte en el hospital también cura, desde 2013, el emprendimiento social de Believe In Art ha hecho más agradable su paso por el hospital a miles de pacientes y familiares. Sobre todo, a los más pequeños.

Los niños juegan, corren, leen, estudian, aprenden idiomas, construyen fantasías… A veces, algunos tienen un accidente y tienen que ser operados de urgencia. ¡Qué susto! Estarán unos días en el hospital, pero pronto se marcharán a casa. Otros niños, en cambio, pasan más tiempo entre doctores y enfermeros. Preferirían estar jugando a baloncesto con sus compañeros del cole y no recibiendo quimioterapia cada 15 días entre caras que cada vez son menos desconocidas. El hospital, podría decirse, se convierte en su segunda casa. Pero ¿por qué no hacer que esta sea más acogedora?

¿Cómo? Bañando de color las paredes de varios recintos hospitalarios de Zaragoza, esparciendo un mundo de fantasía sobre los cabeceros de las camas, las salas de espera y los espacios de rehabilitación. A nadie le gusta cambiar su habitación por la de un hospital, pero el tiempo de recuperación puede dejar de ser una tortura para convertirse en un camino más agradable.

Believe In Art
Believe In Art ha intervenido 40 habitaciones del hospital infantil. / Foto: Believe In Art

Qué es Believe In Art

Believe In Art es una asociación cultural sin ánimo de lucro y uno de los primeros proyectos que se gestaron en 2013 en La Colaboradora. Sus cabezas pensantes son María Luisa Grau y Beatriz Lucea. Pero con ellas colaboran muchos otros ángeles que dan sentido a su iniciativa: artistas, escritores, personal sanitario, profesores… Y fotógrafos como María Bayón, que entre diciembre y febrero ha tomado fotografías de los espacios hospitalarios que Believe In Art ha intervenido.

43 de estas fotografías, junto con 22 bocetos cedidos por los artistas que han colaborado en el proyecto hospitalario, conforman la exposición “Un hospital con gesto y corazón”, que podemos ver hasta el 20 de mayo en el vestíbulo de acceso a las consultas externas del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. Se espera que la muestra itinere a otros espacios. A partir del 4 de julio estará en el Centro Joaquín Roncal de la Fundación CAI-ASC, también en Zaragoza.

Hasta la fecha, 40 habitaciones, unas escaleras y varias de las unidades (cirugía pediátrica, oncopediatría, pediatría e infecciosos) del Hospital Materno Infantil de Zaragoza lucen hoy diferente. También la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Universitario Miguel Servet y una sala de espera en Odontología Infantil del Hospital San Juan de Dios.

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Mensajes positivos para sobrellevar la estancia en el hospital. / Foto: Believe In Art

Zaragoza Activa (ZAC): “Un hospital con gesto y corazón” recopila el trabajo que Believe In Art hace desde 2013 en el Hospital Materno Infantil. ¿Qué podemos ver en estas fotos y qué no? 

María Bayón (MB): Vemos el mágico resultado de las intervenciones artísticas en habitaciones y otros espacios del hospital infantil. Algunas intervenciones artísticas son muy recientes, como la de Ana Lóbez, pintada pocos días antes de inaugurar.

Algo que no vemos, por ejemplo, es el trabajo previo que requiere. Y lo mejor de todo: el efecto de esas pinturas en los pequeños pacientes. Saber que su paso por el hospital puede ser un poquito mejor gracias al arte es el motor de este proyecto.

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Cuando no puedes salir al parque, ¡que el parque venga a ti! / Foto: Believe In Art

ZAC: ¿Cuál fue vuestra motivación cuando iniciasteis en 2013? ¿Por qué introducir el arte en el hospital? Contadnos cuáles son esos efectos para el paciente.

María Luisa Grau (MLG): Nuestra principal motivación fue llevar a cabo un proyecto de carácter social a partir de nuestra profesión: la Historia del Arte. No solo desde el ámbito social o sanitario se puede contribuir a hacer mejor nuestro entorno más inmediato. Conocíamos proyectos de arte y salud que se llevaban a cabo en Reino Unido, Estados Unidos y experiencias puntuales en España, así que decidimos que ese sería nuestro ámbito de actuación.

Los principales beneficios de las acciones vinculadas con arte y salud son la humanización de espacios a partir de intervenciones artísticas y la mejora del tiempo que los niños y sus familias se ven obligados a pasar en el hospital.

ZAC: ¿Cómo elegís las ambientaciones y las temáticas en las que os inspiráis para intervenir un espacio hospitalario? 

Beatriz Lucea (BL): Primero vamos a la planta o al área en cuestión, la visitamos y hablamos con los responsables para que nos comuniquen sus necesidades, las dolencias que allí se tratan y el tiempo de estancia media que suelen estar. En función de eso pensamos qué es lo más adecuado en cuanto a tema y técnica y quiénes son los artistas más indicados. Es un trabajo de comisariado casi al uso.

Procuramos no ser repetitivas, acercar al hospital todas las disciplinas. También buscamos dar unidad, armonía y coherencia a cada espacio. Y calidad: eso está por encima de todo.

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Las escaleras ya van introduciendo a las visitas en el mundo de los sueños. / Foto: Believe In Art

ZAC: ¿Qué retroalimentación habéis recibido en todos estos años (pacientes, familias, empleados del hospital)? ¡Habéis sido referencia para otros hospitales!

BL: El índice de respuestas positivas es altísimo, por eso seguimos adelante. Tanto desde el hospital, que apoya el proyecto decididamente, hasta los papás, que nos escriben a posteriori contándonos su experiencia o dándonos las gracias. Pero alguna vez también recibimos alguna crítica negativa que hay que escuchar, valorar y aprender. Nadie nace enseñado.

Decir “referencia” igual es demasiado, pero sí que se han puesto en contacto con nosotras redes de otros hospitales o artistas de otras ciudades que han conocido el proyecto y nos han consultado o nos han solicitado trabajar allí. Nosotras les ofrecemos a tutorizarles para que repliquen nuestra experiencia y a resolver dudas de todo tipo por las que ya hemos pasado: desde qué tipo de pintura usar a cómo dirigirse a un hospital grande. A medio plazo nos gustaría liderar una red de intercambios y hospitales “con arte”.

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Payasos, trapecistas y forzudos… ¡La magia del circo! / Foto: Believe In Art

ZAC: ¿Cuántos artistas han colaborado y cuántas personas, empresas e instituciones os han apoyado? 

BL: Hasta ahora han intervenido alrededor de 50 artistas de distintas disciplinas y estilos. Por suerte, tenemos una base de datos con muchos otros que se han ofrecido y con los que iremos contando. Siempre hacen falta más, ya que es un proyecto de por vida que además vamos a extender a otros hospitales aragoneses.

A ellos se suman las empresas vinculadas a la creación y la cultura y todos los museos de Zaragoza que imparten talleres en la ciberaula del hospital.

También colaboran con Believe In Art profesionales de distintos sectores que nos dona su tiempo para lo que necesitemos: web, comunicación… Como con los artistas, siempre hace falta más gente para poder crecer y llegar a más sitios.

En el tema económico, imprescindible como es de imaginar, contamos con el apoyo de empresas que nos suministran material o soporte financiero a través de donaciones, así como con socios que pagan una cuota de 10 euros anuales. Sin embargo, la mayor parte lo conseguimos presentándonos a subvenciones o premios [Believe in Art ganó en 2016 el premio de la Asociación de Profesionales de la Cultura en Aragón]. Sin duda, conseguir financiación para cada proyecto es lo más costoso. Pero de momento podemos seguir adelante y gestionando con cuidado los recursos. Tenemos mucho trabajo que hacer al respecto, pero el día a día se nos come.

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¡Los pequeños pacientes también pueden ser grandes artistas! / Foto: Believe In Art

ZAC: ¿Cómo os organizáis con los hospitales? Teniendo en cuenta lo que conlleva “paralizar” una habitación para realizar la intervención artística…

MLG: El personal del hospital es de gran ayuda en este sentido. Nos facilitan la tarea de una manera increíble. Hay que coordinar la agenda del artista y del hospital. Lo ideal es poder fijar las fechas con antelación. Aunque, por necesidades del hospital, puede llegar a ser necesario cancelar esa misma semana.

Para facilitar al máximo la labor, lo mejor es llevar a cabo las intervenciones en verano, cuando la actividad del hospital es menos compleja y es más fácil poder cerrar las fechas en las que el artista entrará en su habitación a pintar. Normalmente, el tiempo del que disponen los artistas suele ser el fin de semana, entrando el viernes y saliendo el domingo, si bien en algunos casos se puede prolongar hasta el lunes.

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¿Quién dijo que la sala de espera de un hospital tiene que ser aburrida? / Foto: Believe In Art

ZAC: Ya habéis tomado varios espacios hospitalarios en Zaragoza.  ¿Qué sigue ahora? Me refiero tanto al arte en el hospital para acompañar durante la estancia como a proyectos artísticos de otra índole o para otros colectivos, otras ciudades…

BL: Ahora mismo, además de seguir en el hospital infantil [quirófano menor de urgencias, segunda parte de infecciosos, segunda escalera y sala de extracciones de sangre], trabajamos los bocetos para la sala de espera pediátrica y de urgencias del Hospital Royo Villanova.

Tenemos muchos proyectos en ciernes y muchísimas ideas que poner en marcha, pero hay que ir poco a poco. Uno detrás de otro, para disfrutarlos y mantener el estándar de calidad que tanto nos preocupa. Y para ir sumando recursos económicos paralelamente, claro.

A corto plazo, nos gustaría poner en marcha una tienda online con productos muy seleccionados para conseguir fondos y difusión. Es posible que nos embarquemos en organizar un festival también con ese mismo fin y alguna fiestecilla con la llegada del buen tiempo. Pero hay que medir las fuerzas y, sobre todo, valorar bien el retorno antes de embarcarnos en cada acción para no quemarnos. Vamos despacio y con buena letra para hacerlo bien y con el respeto que el ámbito y el público al que nos dirigimos merece.

Estamos en un momento muy dulce. Nuestro crecimiento exponencial ha sido más rápido de lo que esperábamos y tenemos que saber gestionar todo esto con mimo y dedicación.

ZAC: ¿Cómo ha sido vuestra experiencia en La Colaboradora? ¿Qué destacaríais de haber emprendido este proyecto de la mano de Zaragoza Activa?

MLG: Nuestro ingreso tuvo lugar casi al mismo tiempo en que creábamos Believe In Art, por lo que fue especialmente ilusionante formar parte de un proyecto como La Colaboradora. Gracias a nuestra condición de miembros, hemos podido conocer a otros colaboradores con los que hemos creado lazos que han fructificado en su participación en el proyecto, como fue el caso de Recreando Estudio Creativo o Gema Rupérez.

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En el hospital infantil hay dragones de los que uno puede ser amigo. / Foto: Believe In Art

ZAC: Haciendo un guiño a vuestra propuesta artística en el Hospital Materno Infantil de Zaragoza… Al emprender un proyecto humanitario y filantrópico como este, ¿cuáles han sido vuestros…

… dragones? Sin duda, el que hizo David Guirao para la planta de Cirugía Pediátrica.
… duendes? Todos los artistas y profesionales que ponen su magia, su tiempo y sus ideas para permitir que este proyecto siga adelante.
… hadas madrinas? Tenemos muchas hadas y magos, pero si tuviéramos que elegir, sería el personal del hospital infantil, que nos dio la bienvenida y que nos apoya en todo lo que hacemos. Especialmente Marisa, Pachica, Mar, Jesús y Mamen. Han sido las mejores hadas madrinas que podríamos tener.
… tesoro mejor guardado? Muy sencillo: tratar de devolver al mundo todo lo bueno que recibimos.
… pócima mágica? La pócima mágica es, sin duda, el entusiasmo y la generosidad con la que se unen al proyecto todo tipo de profesionales y voluntarios. Ellos son en sí mismos la pócima mágica.

Si quieres seguir al tanto de los proyectos de arte en el hospital en los que participa Believe In Art, no te pierdas su web; seguro puedes encontrar alguna forma de colaborar con este proyecto tan dinámico.

Beatriz M. Utrilla

Periodista, comunicadora, curiosa, preguntona. Soy una apasionada del contenido, del guión, de la escritura y la reescritura. Reconozco que puedo ser algo friki y fundamentalista con la gramática y la ortografía. Llegué a La Colaboradora con un proyecto que transita entre entretenimiento, cultura e historia. Aunque ahora permanece pausado, mi cabeza sigue en ese run run...

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