Tras leer el titular en varios medios digitales que decía que Una joven realiza el currículum perfecto: triunfa en las grandes empresas, incluso en Google me animé a escribiros sobre cómo presentaros en un currículo.
En este artículo, pretendo dar mis pautas sobre las principales tendencias a la hora de elaborar un perfil profesional.
Para empezar, tengo que dejar claro que si seleccionas a 50 orientadores por un lado y a 50 reclutadores por otro lado, no conseguirás unanimidad sobre las mejores recomendaciones para elaborar un currículum. Es por ello que siempre recomiendo conocer las máximas opciones para que, al final, cada uno se pueda guiar por su intuición y analizar con qué CV se siente más cómodo.
Muchos profesionales de la orientación aún siguen debatiendo sobre el tamaño ideal, es decir, una hoja o dos. Bajo mi punto de vista, yo os diría que ni una ni dos, sino el espacio necesario, asumiendo que se debe resumir e ir a lo concreto. En muchos perfiles profesionales el 85% de su contenido es “paja que no aporta nada”. Y los seleccionadores siempre irán buscando aquello que necesiten, por lo que habrá que facilitarles el trabajo indicando aquello que buscan.
Personalmente, el CV cada vez me gusta menos y pienso que la tendencia hace pensar que desaparecerá, aunque no podemos negar que aún sigue siendo la herramienta más utilizada para optar a las ofertas de empleo. Lo de menos es la herramienta que utilizas para intentar optar a una empresa. Lo realmente vital es aportar valor diferenciador, es decir, salirte de lo estándar, no recurrir a lo mismo que menciona todo el mundo en su currículum. Se trata de mostrar cómo eres, especificar aquellos proyectos acometidos que te han hecho destacar porque otros no los hicieron o pusieron en marcha, mencionar los resultados que has logrado en tus años de experiencia, hacer mención de las dificultades a las que te has enfrentado y cómo les has buscado una solución. La clave es qué puedes aportar tú diferente a esa empresa, debes demostrar por qué eres una edición limitada en el ámbito competencial y profesional.
En la actualidad, las redes profesionales se han convertido en nuestro perfil (para aquellos que los han desarrollado, claro) y sin darnos cuenta, son nuestro CV principal, al que las empresas recurrirán para conocer nuestro periplo profesional. Aún tenemos que acostumbrar a las empresas a que, para saber de ti, acudan ahí, aunque es algo que ya se empieza a normalizar. Estas redes profesionales, tipo LinkedIn te permiten destacar aquello que tú quieres mostrar de tu trayectoria académica y profesional. Un error que se sigue cometiendo mucho es que tu currículum no coincida para nada con tu perfil en LinkedIn, porque las fechas y experiencias son totalmente diferentes, por lo que sin dudarlo, deberás vender coherencia y realidad.
Lo que está claro es que menos es más, es decir, debes saber sintetizar de forma correcta, algo que te llevará su tiempo. Supone utilizar tus neuronas al máximo, para desarrollar tu perfil, al ir innovando y probando nuevas formas de plasmar aquello que has hecho y puede interesar. Irás viendo cuál tiene más aceptación por parte de las empresas. Lo diferente es lo que triunfa. No se trata de inventarte perfiles sino de saber mostrarlo de forma que llegue a la otra parte y que sepas destacar lo relevante.
Cada vez más se lleva el perfil en el que se indica cuál es tu objetivo profesional, que hace las veces de tu elevator pitch, es decir, cómo resumirías en 4 líneas quién eres, en qué destacas y qué te hace diferente. Además, tus experiencias profesionales y vitales deben ir orientadas a resultados, logros y dificultades. Cómo has afrontado los inconvenientes. Muchas veces dirás, “ya pero es qué este puesto lo ha desempeñado más gente antes y con posterioridad a mi” y yo te pregunto ¿y qué? Debes centrarte en el tiempo que estuviste tú y especificar por qué le aportabas una personalización única que te hacía diferente para lo bueno y lo mejorable.
Tus estudios son importantes, aunque lo realmente diferente es lo que eres capaz de conseguir con tus conocimientos. Igualmente, debes estar al día en nuevas tendencias y conocimientos. Se trata de que asumas que formarte a lo largo de toda tu vida es esencial. Determinados conocimientos o competencias se dan por hecho. Por ejemplo, el mencionar que tienes conocimientos en nuevas tecnologías no aporta diferenciación, lo que lo aporta es lo que eres capaz de hacer con ayuda de las nuevas tecnologías.
El gran error es que el CV habla más del pasado que del presente y nos obcecamos en decir lo que nosotros decimos que hacemos y no lo que realmente hacemos en más de una ocasión. Debes ponerte de acuerdo contigo mismo y ser coherente.
Otro error es usar, para llegar de una forma diferente a las empresas, herramientas masificadas como los portales de empleo, que no te permiten sobresalir al resto aunque quieras, a veces estas herramientas se centran más en datos subjetivos de tu perfil. Debes saber llegar al decisor de una forma innovadora, es cuestión de que le des vueltas.
También te habrás preguntando cuál es el mejor formato para mostrar el perfil profesional o currículum. Tienes que vender actualidad y cada vez se lleva más una presentación más visual. Los perfiles interactivos nos permiten adjuntar enlaces a documentos, títulos, logros, proyectos, etc. Este tipo de herramientas permiten demostrar lo que haces y no solo decirlo. Las redes profesionales permiten tener un perfil interactivo.
Actualmente podemos acceder a herramientas que permiten usar infografías para presentar tu perfil profesional. Estas herramientas tipo “Canva” te permiten elegir plantillas más visuales donde debes hacer un verdadero ejercicio de síntesis, donde lo clave sea adaptar tu perfil para cada oferta o empresa, y su manejo es relativamente sencillo para aquellos que están acostumbrados a usar ordenadores.
También tenemos otras tendencias donde muestres tu experiencia y competencias en un formato mapa, usando por ejemplo Google maps, por mencionar una de las herramientas que se centran en geolocalización.
No podemos dejar de mencionar plataformas para mostrar tu perfil en formato vídeo, con herramientas como YouTube, donde aportar valor diferenciador, con un formato muy trabajado, donde te centres en mostrar lo que te hace diferente y te olvides de recitar tu aburrida letanía curricular.
Por ultimo, algunas personas hacen una verdadera labor de resumen y se centran en moverlo. Algunas personas usan Twitter para poner su perfil y lleva adjunto un enlace a alguno de sus perfiles 2.0 en la red. El que quiera saber más sobre tu perfil ya sabe donde ir. Este tipo de formulas son poco defendidas por algunos profesionales de la orientación y en algunos casos por los que se dedican a la selección. Pero como suelo decir, hay que intentar destacar.
Ahora es cuestión de que reflexiones y analices qué es lo mejor para vender tu candidatura. Si no, siempre puedes utilizar en unas ocasiones el CV habitual (o estándar) y en otras, otro perfil que aporte valor. A partir de ahí, tendrás que ir contrastando los resultados obtenidos por uno y por otro. Estaréis conmigo que en más de una ocasión no alcanzan sus objetivos los mejores, sino aquéllos que han sabido elegir la mejor fórmula para llegar y mostrar de lo que son capaces.
Lo que debéis asumir es que el café para todos hace tiempo que dejó de funcionar, a pesar de ser lo más utilizado. Nos han vendido que el ser diferente es malo, que todos debemos ir por la carretera principal y sin embargo, existen multitud de carreteras y caminos alternativos que poder elegir para llegar a tu destino final. Lo relevante es tener el valor de seguirlos aunque no sean populares y pensar que si todos hubiéramos hecho siempre las cosas de la misma forma, no habríamos avanzado como sociedad. Hay que ser valiente.