Entrevistamos al principal promotor del proyecto de pensamiento crítico ciudadano ThinkZAC, José Ramón Insa Alba. Con más de treinta años de experiencia a sus espaldas trabajando en el sector público, y concretamente en el ámbito de la cultura, ha realizado importantes colaboraciones tanto nacionales como internacionales en el desarrollo de iniciativas ciudadanas. Actualmente forma parte del equipo de Zaragoza Activa y, en sus propias palabras: “aunque con matices, creo que sigo trabajando en cultura, sobre todo si por cultura entendemos aquello que configura la personalidad de nuestras sociedades”.
ZAC: En los foros #ThinkZAC de pensamiento crítico hemos hablado de que se están “perdiendo los espacios públicos”, de que estamos “deshumanizando las ciudades”, de que cada vez es “más difícil una participación efectiva en las decisiones administrativas”, de que la Administración “no facilita el desarrollo creativo de nuevos proyectos ciudadanos”… El sólo leer estas frases resulta desesperanzador… ¿Qué le pasa a la Sociedad? ¿Hay solución a todo esto?
JOSÉ RAMÓN INSA ALBA (JR): No sé, no soy sociólogo, quizá tan sólo un observador atento y algo influenciado por el fondo de la filosofía como generadora de preguntas. La evolución en estos años ha sido verdaderamente curiosa. Hemos pasado de momentos de euforia de participación a una especie de tranquilidad narcótica en la que todo lo conseguido parecía que iba a quedarse para siempre. Las instituciones han acaparado poder desde una cierta prepotencia, la ciudadanía ha relajado sus compromisos de crear colectividad desde un cierto abandono. Todo lo seguro ha resultado ser una ficción, o algo transitorio. Los espacios públicos no son tan solo las calles, las ciudades… espacio público es aquel espacio de pensamiento que si no se ocupa se enajena. Ese es el espacio que creo hemos abandonado realmente y ese es el espacio que desde múltiples medios han arrebatado. Puede que ahora se vean reacciones que nos regalen cierta esperanza pero no nos engañemos, no es fácil conquistar lo perdido.
ZAC: ¿Por qué nace #ThinkZAC? ¿Por qué necesitamos reflexionar sobre nuestro entorno?
JR: Uno de los filósofos contemporáneos, más bien poco leídos por esta tierras, Byung-Chul Han, denomina lo que tenemos como “la sociedad del rendimiento”. No queda tiempo para detenerse y, además, nunca ha estado demasiado bien visto. Parece que todo tiene que servirse desde la bandeja de la cuenta de resultados. El totalitarismo de la acción. ¿Cómo podemos construir una base sólida sin pensamiento? Lo que impera es el movimiento perpetuo, la reflexión esta menospreciada y, sobre todo en ámbitos como en el que estamos, absolutamente enterrada por la necesidad de que las cifras sean lo más grandes posible. Tenemos una triste herencia que reniega y desconfía de cualquier manifestación intelectual.
ZAC: Actualmente estás trabajando, junto a eTopia y Paisaje Transversal, en #OpenUrbanLab, un proyecto para generar espacios de discusión y laboratorios urbanos que promuevan interrelaciones entre ciudadanos, agentes, técnicos, empresas y administraciones públicas para “mejorar” la ciudad de Zaragoza. Tres preguntas: ¿Qué es un laboratorio urbano? ¿Qué pretende conseguir? ¿Es necesario un proyecto como #OpenUrbanLab?
JR: Siempre he dicho que debería existir una evolución lógica que caminara desde los observatorios a los laboratorios y como fin a los activatorios. Este es el fin, generar espacios donde los ciudadanos puedan investigar y generar nuevos modelos de ciudad más allá de los ofrecidos y planificados por los “expertos” (ya sé, obsesión mía, otra más, pero cada vez me rechina más éste término). Pero no nos engañemos, no inventamos nada, son modelos de participación diseñados desde perspectivas contemporáneas. Colaboración interdisciplinar y multinivel para el diseño de nuevos modelos de relación ciudadana. Nada más necesario que abrir espacios en los que se recupere esa interacción completa: ciudadanía, administración, cultura, empresa, educación… Esa maravillosa combinación de saberes y sensibilidades (sobre todo estas últimas). Ya no voy a hablar de recuperar la confianza mutua, no sé si con este modelo de representación política que todavía tenemos podremos alcanzarla, pero sí que son necesarios para desbloquear, incluso para generar espacios de transgresión. Algo que, por cierto, se está poniendo difícil desde esta gravísima involución que estamos sufriendo.
ZAC: ¿Qué supone Internet y las redes sociales para el desarrollo de una ciudadanía crítica?
JR: Internet y las redes sociales no son nada más que una tecnología que facilita, que puede favorecer y simplificar pero que nunca hará nada por sí misma. Esto que suena a perogrullada parece que no está tan claro si atendemos la cantidad de discursos vacíos generados por ambos lados, detractores y defensores. La radio y la televisión auguraron grandes cambios y adelantos en los modelos comunicativos y, sobre todos, grandes avances para educar a una sociedad, eso decían. Y así ha sido, han sido absorbidos y utilizados magistralmente para la consolidación de los poderes. La ciudadanía crítica tiene un medio más, sí, pero también lo tiene la ciudadanía pasiva. Y la ciudadanía fascista. Es un campo más de relación y configuración social. La atención debe estar puesta en que no sea también secuestrada.
ZAC: Tienes un blog titulado “Ya no tengo prisa”, en donde (y perdona el atrevimiento) parece que hay un leitmotiv claro: la denuncia de los excesos de la sociedad capitalista, el porqué estamos perdiendo la capacidad de decidir los ciudadanos y el cómo los poderes generan (y se apropian) de discursos para crear una falsa impresión de libertad y reducir todo al binomio coste-beneficio. ¿Por qué “ya no tienes prisa” José Ramón?
JR: Será la edad… o no. El caso es que el tiempo corre de otro modo. Quizá más sosegado. Lo importante es que se siga siendo consciente de lo que tenemos, de lo que perdemos, de las maniobras despóticas a las que se nos está sometiendo con, cada vez, más impunidad y aplauso mediático. La edad me quita la prisa pero no me sosiega, y cada día siento más acorralamiento por acción y por omisión. Por la embestida del poder, de todos los poderes, y por la aquiescencia de una sociedad demasiado entumecida.
ZAC: Internet y las redes sociales: ¿Son la “salvación” o la pérdida de participación de los ciudadanos?
JR: Rotundamente, no. Son una herramienta. La verdadera salvación está en nuestros cerebros. En la conexión entre ellos. En una especie de “conectómica”. La hibridación es absolutamente imprescindible.