Todo el mundo habla bondades -y maldades también- acerca de la marca personal. Porque opinar de algo que no sabemos muy bien qué es suele ser lo más fácil. Siempre digo que, antes de opinar gratuita y aleatoriamente sobre algo; es importante documentarse, contrastar y leer diversas fuentes de referencia. Es la única manera de conocer todos los puntos de vista y hacernos una idea lo más objetiva posible.
El problema es que mucha gente, al minuto de leer sobre algo, ya se considera experta y nos aporta sus sentencias con su verdad. Pero, ¿qué sabemos realmente de la marca personal?
¿Qué sabemos realmente de la marca personal?
Algunas personas dicen que no tienen ninguna marca personal porque no se preocupan por ella. Pues os diré que estáis muy equivocados. Todos dejamos una imagen y/o percepción en los demás con lo que hacemos, decimos, compartimos, conseguimos y con nuestra propia presencia.
Creo que deberíamos empezar por definir lo que es la marca personal: Es la huella que dejamos en los demás, lo que piensan de nosotros, cómo nos juzgan y lo que dicen de nosotros por su experiencia. Incluso si eres una persona que promete cosas que luego no cumple, eso también dice mucho de alguien. No es la única percepción. Sin embargo, es la que dejas en ese grupo de personas con los que haces eso.
Tener las cosas claras
La marca personal también consiste en tener claro cuál es tu valor profesional, en qué eres bueno y en qué puedes ayudar a las personas a las que te diriges. Se trata de saber diferenciarte y que los demás tengan claro a qué te dedicas y que tengan garantías de que cumplirás con tus promesas.
La marca personal es la consecuencia directa e indirecta de nuestras acciones en el día a día. Por supuesto, es mucho más que trabajar en una empresa o en un proyecto. Es nuestra esencia que siempre nos acompaña (o debería hacerlo), con independencia de la empresa en la que estemos trabajando en cada momento. Al final cuentan contigo porque tienen claras tus competencias, habilidades y conocimientos. Es decir, tienen garantías de tu buen hacer y de las soluciones que les puedes proporcionar ejecutando esas tareas en las que eres bueno.
La marca personal la vamos construyendo, nutriendo, cuidando y mejorando durante toda nuestra vida, no solo cuando nos interesa a nosotros. Esto supone adaptar nuestros cambios a nuestra marca personal, para ser coherentes entre los que decimos y hacemos, para dar una imagen sólida.
Ocho recomendaciones
Aquí os dejo unas cuantas recomendaciones sobre las cosas que tenéis que tener en cuenta a la hora de mejorar y armar vuestra marca personal:
Primero. – Es bueno que investigues y analices si existe casación en cómo crees que te ven los demás y cómo te ven realmente. Esto supone observar y preguntar. En ocasiones nos llevamos sorpresas por las rupturas que se producen entre ambas. A veces pensamos que dejamos una imagen en los demás y realmente es otra.
Segundo. – Tomar consciencia de una vez para averiguar en qué somos buenos y diferenciadores. Esto supone conocernos bien y tener confianza en nosotros mismos. Es necesario tener claro cómo podemos ayudar a las personas y/o empresas a las que nos dirigimos. Es imposible ser buenos en todo; toca centrase en reforzar eso que nos hace sobresalir en vez de intentar destacar en todas las materias y facetas, ya que esto último nos hace caer en la mediocridad.
Tercero. – Tener identificadas a las personas y/o empresas a las que nos dirigimos para conocer sus necesidades, problemas y expectativas. De la misma forma, nos toca empatizar con ellas, conversar y escuchar a estas personas, para poderles ofrecer lo que realmente precisan. En ocasiones ofrecemos, hacemos, nos comportamos y actuamos de una forma en la que no se les puede ayudar, porque no nos adecuamos a sus necesidades.
Cuarto. –Asumir que cometeremos errores porque es imposible tener solamente triunfos y éxitos. Lo importante no es cometer errores sino darnos cuenta de ellos y ponernos a trabajar para buscarles una solución adecuada, intentando revertir esa mala imagen, esas expectativas incumplidas o ese mal sabor de boca. El problema más grave es cuando se cometen errores se mira para otro lado y se sigue haciendo exactamente lo mismo.
Quinto. – Tener claros nuestros objetivos profesionales. Aquellos que queremos alcanzar con nuestra marca personal. Supone ser flexible y cambiar cuando sea preciso. Es importante tener claro los valores que representan nuestra marca personal para defenderlos y que se vean reflejados en todas nuestras acciones asumiendo que, en ocasiones, supondrá tener que rechazar trabajos porque van en contra de nuestros principios. ¿Estamos dispuestos a esto?
Sexto. – Para especializarte en algo te toca invertir horas, sacrificarte y trabajar duro demostrando con tus acciones de lo que eres capaz. Una marca se construye con el tiempo, asumiendo que lo fácil es comenzar y lo realmente complicado es conseguir mantenerte siendo de forma permanente influyente en tu materia, sector o profesión. Esto conlleva seguir formándote, aprendiendo, lanzando cosas y estando activo, demostrando todos los días, con independencia de que lleves tiempo en esa actividad profesional.
Séptimo. – Es necesario que tengamos una actitud integradora y global, muy enfocada a nuestro público. Nos toca saber en ocasiones decir que no, a pesar de querer ayudar a los demás, para no alejarnos de nuestro foco profesional.
Octavo. – Es muy importante visibilizarte para que las personas a las que te diriges sepan de tu existencia; a veces estamos en canales inadecuados en donde no se encuentran las personas que sepan valorar nuestro trabajo y nuestra marca. Esto hace que nos frustremos y no brillemos. Así que debes estar en los foros, canales y medios en donde sepan apreciar lo que hacemos y quienes somos.
La importancia de dejar huella
La marca personal requiere dedicar tiempo de forma permanente y cuidarla de forma artesanal para que hable de nosotros mismos porque existe coherencia, transparencia y ética. Si en ocasiones nuestra marca se resiente o aleja de la realidad nos toca dar un giro para volver a nuestra esencia y dejar la huella concreta que nos interesa.
Dejar una huella significativa a través de tus acciones implica hacer contribuciones positivas y duraderas en la vida de los demás y en el mundo en general. Ya sabes para dejar un hueco imborrable te toca identificar tus valores y pasiones, establecer metas significativas, ser un modelo a seguir y estar dispuesto a ayudar a los demás. ¿Qué dice tu marca personal de ti?
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