El pasado 12 de mayo, con motivo del último #CaféCO, tuvimos el lujo de recibir en La Colaboradora a Esther Barfoot, que llenó de energía y buenas vibraciones la tercera planta de nuestro espacio. Esther Barfoot es una periodista holandesa que desde 2011 se dedica a la comunicación activista.
Durante el desayuno, Esther habló del cambio que decidió dar a su carrera en 2011, momento en el que tuvo claro que quería invertir su conocimiento y experiencia en el mundo de la comunicación para, de alguna forma, cambiar la sociedad. Su primera incursión en la comunicación activista fue a través de DeLimes, una red de consultores en Holanda que ayuda a organizaciones que buscan trabajar de forma diferente, basándose en conceptos como el bien común.
Uno de los proyectos más importantes que DeLimes y Esther han desarrollado es el denominado De Hark Voorbij , (algo así como “el rastrillo más allá”) que se desarrolló dentro de la policía nacional en Holanda y que buscaba mejorar la organización interna, de forma que se rompiera el fuerte carácter jerárquico de la misma, se escucharan más las necesidades de los propios policías, así como las demandas de los ciudadanos para con el cuerpo policial. Las estrategias que Esther nos narró pasaban sobre todo por desarrollar nuevas formas de comunicación, que fue ideando a medida que se desarrollaba el proyecto.
Una de ellas fue la de crear una especie de revista, en la que incluían entrevistas a trabajadores contando sus experiencias positivas y negativas dentro del cuerpo, también artículos escritos por ellos mismos, así como posters y carteles generados durante talleres organizados por ella, en los que se invitaba a artistas plásticos a colaborar, y junto con los propios trabajadores generaban carteles reivindicativos. Pese a que no fue un proyecto fácil, más de 600 policías participaron durante tres años en él, involucrándose personalmente para cambiar las cosas desde dentro, y solo esto es ya un gran logro.
Asimismo, Esther nos habló de otro proyecto en el que ha trabajado más recientemente, en colaboración con el ayuntamiento de Rotterdam y su campaña de acciones en torno a la sensibilización sobre el cambio climático. Dentro de la misma se habían desarrollado acciones comunicativas que no habían conectado con la gente ni implicado a la ciudadanía en el reto de convertir a Rotterdam en un lugar mejor para vivir. Es entonces cuando Esther planteó otra serie de acciones, dentro de la comunicación activista, que implican a la ciudadanía y contribuyen al aprendizaje colectivo, pues todos aportan sus conocimientos y habilidades y, en definitiva, hacen ver la realidad desde una nueva perspectiva.
Como tantas veces repitió Esther durante nuestro desayuno, lo importante es “extender la mancha de óleo“, es decir, darnos cuenta de que comunicando que hay una forma diferente de hacer las cosas, ya estamos empezando a cambiarlas.
*Foto de portada: ©Vicente Divergente
