Este nuevo proyecto educativo miembro de La Colaboradora comenzó en 2013 con 20 niños inscritos y tres empleados. Tres años después lo componen más de 90 niños, 7 aulas y un total de 17 trabajadores.

Pocas incubadoras de empresas tienen la suerte de contar entre los proyectos que han pasado por sus puertas con un colegio. Digamos que no suele ser el tipo de proyecto habitual que aparece por las escuelas de emprendedores. Un colegio con sus niños, sus profesores, su comunidad de padres, sus materiales y, por supuesto, todo el reto educativo, social, económico y legal que un proyecto así lleva consigo. Pues este es el caso del Semillero de Ideas de Zaragoza Activa y Zaragoza SchoolHouse, el colegio de metodología y filosofía 100% Montessori que Natalia Heredia y Teresa Benito dirigen en la capital aragonesa.

Tras su paso por el Semillero de Ideas en 2013, estas emprendedoras comenzaron testando su proyecto en 2013 con Nido, un local que acogía en ese momento a 20 niños de 1 a 3 años y contaba con tres personas empleadas. Tres años después, Zaragoza SchoolHouse tiene hoy más de 90 niños inscritos de hasta 7 años, 7 aulas y un total de 17 trabajadores.

Un caso de éxito cuya trayectoria merece la pena conocerse en detalle. No sólo por su capacidad para crear empleo local, sino también como reflexión sobre el emprendimiento en el sector educativo, la participación de las familias en el ámbito escolar o la capacidad de innovar en la esfera educativa de los niños. Una escuela que además de formar parte del Mercado Social de Aragón, es espacio de formación y encuentro para maestros interesados en esta pedagogía innovadora.

1. Empecemos por el principio ¿cómo nació la idea de montar un nuevo colegio en Zaragoza?

Natalia: Nos conocimos en 2013, en un curso que organizó Teresa sobre acercamiento a la metodología Montessori. Las dos veníamos de vertientes profesionales distintas, yo soy maestra y ella arquitecta, pero teníamos la necesidad de crear algo nuevo en el ámbito educativo de la ciudad. Fue difícil encontrar a una persona que quisiera exactamente lo mismo que yo y estuviera dispuesta a afrontar todas las consecuencias. Aparte de tener un componente social y educativo sobre la infancia, el colegio tiene un componente de negocio que había que tener en cuenta para prosperar.

Teresa: Todo comenzó en mayo de 2011 cuando me quedé en el paro embarazada de seis meses. Tenía dos años de paro por delante y me lo tomé como un período para reorientar mi carrera y hacer algo que me motivara. Empecé a montar cursos de diferentes cosas y a raíz del nacimiento de mi primera hija empecé a conocer otro tipo de colegios. En enero de 2013 nos conocimos y empezamos a buscar local. Hicimos cuentas y con el impulso de mi paso por Semillero de Ideas, en septiembre de 2013 abrimos Nido en c/Royo.

2. ¿En qué momento Nido se convierte en algo más? ¿Qué ocurre cuando llegan las primeras familias?

T: Desde el principio teníamos claro que queríamos que el proyecto terminase siendo un colegio, pero la inversión no era factible inicialmente. Tal y como te enseñan en el Semillero, testeamos el proyecto primero con Nido, un local con 20 familias. Natalia y yo tampoco nos conocíamos de antes y queríamos ver si funcionábamos juntas, ver también si las familias entendían el proyecto. Fue bien y en 2014 cogimos el local de al lado, y al año siguiente comenzamos en el local de Vía Ibérica.

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3. Queríais un cambio en la educación, ¿siempre habéis sabido que queríais aplicar la metodología Montessori?

N: Sí, siempre supimos que el proyecto tenía que ser Montessori. En nuestra búsqueda de diferentes pedagogías alternativas vimos que era la que más encajaba con nuestra forma de ver la educación, de lo que Teresa quería para sus hijas o de lo que yo quería trabajar como maestra. Esta seguridad nos ha ayudado a tomar decisiones y también tener en mente otros proyectos que nos inspiraban y que ya estaban funcionando como el Madrid Montessori School. Coles que aplican la metodología al 100%, respetuosos con los ritmos del niño y que tienen muy claro dónde quieren llegar.

4. ¿Cómo son los colegios respetuoso con los ritmos del niño?

N: Respetuoso con sus ritmos de desarrollo individual y general, de aprendizajes formales. Respetuoso a la hora de resolver conflictos, de cómo nos tratamos entre los adultos y los niños, respetuoso también en la forma de tratar a las familias.

T: Buscamos crear ambientes de trabajo en los que te trates con respeto y en los que la conciliación familiar sea posible. Habrá alguna excepción posiblemente, pero intentamos que ambos estén imbuidos en todos los aspectos.

5. ¿Creéis que eso os diferencia de los colegios tradicionales?

N: En cierto modo sí ya que intentamos tener un trato más cercano con las familias del que puede darse en otros centros. Aunque en todas las empresas la imagen es importante, nosotras no queremos vender imagen. Queremos transmitir a las familias lo que estamos haciendo con los niños. Que sepan que la decisión que han tomado con sus hijos va en base a cómo se trabaja aquí, no a lo que nosotras les queramos vender.

T: A nivel pedagógico se va a seguir trabajando Montessori en las aulas, pero hay otros aspectos en los que la participación de las familias puede ser mayor. Estamos trabajando en ello y es uno de nuestros objetivos para este año, pero nos cuesta porque los propios adultos estamos acostumbrados a otros modelos de relación. Las familias quieren hacer cosas en el colegio, pero no saben cómo expresarlas o canalizar esa energía.

6. ¿Cómo podría canalizarse esa energía participativa en la práctica?

T: Hay muchas maneras. Por ejemplo, nos gustaría que las familias organizaran una vez al mes una visita fuera del aula con los niños. El Grupo de Consumo que tenemos ha surgido desde los propios padres, y también está el tema de preparación de materiales o la formación de los adultos sobre lo que sucede en el aula. A medida que se va ampliando el grupo de alumnos tenemos que ser más intensivos en la formación de los padres sobre la manera de trabajar con los niños. Además, las familias también hablaron de hacer un grupo de acogida de padres veteranos para las familias que entran nuevas a principio de curso.

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La familia en el ámbito escolar

7. El papel de la familia tiene un lugar fundamental en vuestra manera de entender la educación de los niños.

N: Muchas veces los colegios están enfocados en las familias y este colegio está enfocado en los niños. Las familias entendidas, en el caso de los centros privados, como padres que pagan. En esos casos los profesores gastan mucho tiempo y energía y el colegio dinero en imagen para los padres. En organizar representaciones, comprar equipos de música, cafés para padres y abuelos, etc. Estos centros dicen que eso es participación de las familias, pero nosotras lo entendemos como un club de tiempo libre. Es muy respetable, pero así queman a su profesorado y gastan mucho dinero en algo que no es prioritario. Para nosotras participación es que los padres vengan a clase y compartan algo con los niños, que vengan a plantar algo al cole, por ejemplo, o madres voluntarias que lleven el Grupo de Consumo. Eso es una participación real de las familias en el centro.

8. ¿No se podrían hacer las dos cosas?

N: Se podría, pero no en un proyecto que lleva tres años y donde la base está en las aulas. Después, si es viable, se podrían hacer cosas así, pero dentro de lo que entendemos que es adecuado.

T: Tenemos que ver qué es lo que está aprendiendo el niño con una actividad determinada, si es significativa para él. Puede aportar un coro de familias con niños o una representación. Pero un festival de Navidad que muchos niños no quieren hacer y para el que han estado ensayando un mes de los nueve que dura el curso escolar, es tiempo en el que podían haber aprendido otras cosas. Además, no es tanto por la función, sino también por la reflexión sobre las manualidades de Navidad y más cosas. Si a un niño de tres años le cuesta ponerse los zapatos, cómo queremos que hagan determinadas manualidades que al final terminan haciendo las profesoras.

 

Emprender siempre es difícil

9. ¿Cuáles han sido los principales obstáculos desde el punto de vista empresarial y educativo?

T: El principal obstáculo es la legislación. Montar un colegio en España sólo está abierto a grupos empresariales grandes o religiosos porque la ley sólo te deja hacer colegios de gran tamaño. En otros países la legislación es más flexible y entiende diferentes tipos de colegios, pero con la ley española y sin una gran inversión detrás tienes que buscar otras salidas. Por eso nos acogimos a la vía de autorizarnos como colegio extranjero y optamos por la opción británica.

10. ¿Pensasteis en algún momento en buscar esa gran inversión?

N: Esta es una conversación que hemos tenido entre nosotras varias veces. Hemos visto otros centros educativos con nuestra misma línea pedagógica y con inversores detrás que al buscar beneficios han presionado para tomar determinadas decisiones. Lo normal es que los recortes comiencen por el profesorado, algo que para nosotras es difícil porque lo tenemos duplicado en el aula. Lo mismo ocurre con reducir gastos en la comida, pero moralmente no podemos dar a los niños comida de menor calidad para generar dinero con los menús. Y como estos ejemplos, podríamos poner mil más. Ésta no nos ha parecido nunca una opción, hemos valorado más tener libertad e ir más despacio con el tema económico.

T: Estuvimos preguntando a varios grupos de inversión en Zaragoza, pero en cuanto hablábamos de educación nos decían que no tienes rentabilidad. Pero eso no quiere decir que el colegio no sea rentable, si no esto se iría a pique y desapareceríamos en unos años. Generalmente, los inversores buscan rentabilidades muy altas y a corto plazo, y la educación es a largo plazo.

11. ¿Cómo se sostiene el proyecto económicamente?

T: Hubo una inversión inicial y además por ser una cooperativa contamos con subvenciones públicas. Después, conforme el proyecto ha ido creciendo hemos pedido créditos a bancos y particulares. La pequeñísima rentabilidad que podemos tener la reinvertimos completamente en el proyecto.

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El aula es su casa, la Casa de Niños

12. Comenzasteis hace cuatro años con 20 niños y ya son más de 90 ¿por qué vienen las familias a Zaragoza SchoolHouse?

N: Los padres vienen por la metodología y por el trato a los niños que, para nosotras, se engloba dentro de la metodología. Cosas como el respeto, el gusto por aprender o el no tener miedo a ir al cole. Ahora se habla mucho en todas partes del espíritu crítico, es la frase estrella de las webs de muchos colegios, sin embargo luego no lo encuentras en muchas aulas. Para nosotras es muy importante ser coherentes, que lo que tú les dices a las familias que estás trabajando con los niños se refleje después en lo que estás haciendo en el aula.

T: Son familias que buscan que sus hijos tengan otra experiencia escolar. Es un sitio donde todo el ambiente cambia, la relación con los profesores, la manera de entrar en el aula sin ir en fila, el trato con los compañeros, etc. Son aulas donde siempre tienen acceso a comida casera, que se sirven ellos en una mesita tranquilos, donde limpian sus platos y los dejan listos para los niños que vengan detrás. El aula es su casa, tienen adultos de referencia, pero son responsables de su casa. Por eso la llamamos Casa de Niños.

13. ¿Por qué buscan esta “otra experiencia escolar” que mencionas?

N: Es una educación para la vida que nos gustaría que nuestros hijos tengan y, como padres, intentamos influir en su medio para que ésta sea más justa. Eso se empieza desde el colegio, creando un ambiente y una forma de sentir las cosas, de creer que se pueden cambiar. Eso sólo lo consigues en los niños si lo viven en el contexto educativo. Puede sonar idílico, pero debe reflejarse en el aula todos los días para convertirlo en real.

14. Pero el mundo no es así, la gente puede pensar que no se les prepara para el mundo real.

N: El mundo no es así porque lo componen personas que no se comportan así. Nosotras somos un colegio, pero imagina que fueran un millón de colegios así, saldría un montón de gente con otra forma de entender las relaciones. Al final la sociedad cambiaría y progresaría igual que lo ha hecho hasta ahora. La educación ha cambiado mucho en los últimos años, se siguen haciendo muchas cosas mal pero hay muchas mejores. Nosotras ahora somos una excepción, pero queremos dejar de serlo.

15. ¿Cuáles son los planes para Zaragoza SchoolHouse a corto y medio plazo?

T: Nos gustaría encontrar un grupo de personas que estuviera dispuesta a apostar económicamente por el proyecto para poder ampliarlo y desarrollarlo. Gente dispuesta a invertir en el colegio, pero que tuviera la sensibilidad de los tiempos que un proyecto educativo de este tipo conlleva.

N: También nos gustaría conseguir becas económicas para familias que tienen mucho interés en traer a sus niños, pero que no pueden costearlo. Además, queremos terminar de rematar la acreditación de colegio británico y continuar con el grupo de niños de Taller.

16. ¿No sentís vértigo ante la magnitud del proyecto?

N: Sí, pero estamos tranquilas porque nunca nos metimos en este proyecto para ganar dinero. Buscábamos por supuesto sostenibilidad, ya que de fantasía no se sostendría el centro, pero los resultados que buscábamos se han dado: hemos aplicado el método y funciona, cada vez hay más familias y están contentas.

T: Hay días que sí y otros, no. Llevas en la cabeza una cosa y vas a por ello, te vas encontrando con obstáculos que vas solventando, y eso también es interesante. También te preguntas si había necesidad de crecer tan rápido, pero al mismo tiempo crecer nos ha permitido hacer otras cosas como, por ejemplo, poner la cocina. Al ser más niños podemos permitirnos una cocina propia. A veces no somos muy conscientes de la dimensión del proyecto, pero está siendo muy gratificante.

 

Pilar Balet

Pilar Balet es consultora de comunicación por el cambio social. Fundadora de la consultoría social La mar de gente Comunicación y Coordinadora de Comunicación y Marketing en Stone Soup Consulting. Trabajo en proyectos orientados a la profesionalización y fortalecimiento del tercer sector, la participación ciudadana, el activismo, la medición del impacto social y la transparencia de las entidades.

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