Hace unos días celebramos la Semana de la Persona Emprendedora en Aragón y estamos convencidos de que es muy importante reflexionar sobre el emprendimiento en un momento en el que debemos apoyar y ayudar a los emprendedores, proveerles de herramientas para que su negocio crezca y, en definitiva, darles las alas para que puedan volar. Esto es lo que hacen cada día profesionales como Pilar Freixas (Hiberus – La Terminal), Javier Val (SACME – CEOE) y Aitana Muñoz (Init – CIEM).
¿Qué os llevó a trabajar con emprendedores?
Pilar. En mi caso fue la entrada de Hiberus Tecnología al proyecto de La Terminal la que me permitió poner un primer pie en este mundo. Desde el principio me pareció un proyecto interesante y complicado, ya que poníamos nuestros mejores recursos al servicio de muchas ideas y unos cuantos proyectos más avanzados para ayudarles a entrar en el mercado, a crecer o, incluso, a consolidarse como soluciones.
Javier. En el año 2000 la Confederación de Empresarios de Zaragoza hizo una selección para cubrir una plaza como asesor jurídico en el SACME. Yo conocía la Confederación porque había realizado previamente uno de los master Euro-in de CREA y tuve la suerte de pasar aquel proceso de selección. El tema me enganchó desde el primer momento y me he volcado desde entonces.
Aitana. En Init venimos desarrollando una corporación de empresas desde hace 10 años. Hace 5 creamos Initland, nuestro sistema de centros de innovación y emprendimiento para dar estructura a todo lo que habíamos aprendido nosotros mismos desarrollando nuestra corporación de empresas. Se trataba de llevar los aprendizajes adquiridos durante ese tiempo al ámbito del emprendimiento.
¿Cómo veis el momento actual para los emprendedores?
Pilar. Es fácil y complicado a la vez. Es más sencillo emprender, nos han facilitado los procesos administrativos, Internet te permite montar hoy mismo tu tienda y comenzar a vender, pero también eso hace que sea más rápido hacerlo, y que podamos pensarnos menos las cosas y fracasar por no habernos detenido a analizar todos los pasos que teníamos que dar para tener éxito.
Javier. Es un momento complejo en el que se utiliza el concepto “emprendedor” para definir situaciones muy distintas: Se habla de proyecto emprendedor para definir soluciones de autoempleo ante la situación de paro prolongado y se utiliza igualmente para hablar de spin off o grandes proyectos innovadores de empresas en marcha. En el SACME preferimos las ideas factibles a las ideas geniales. Preferimos un emprendedor reflexivo a un emprendedor intuitivo. Tenemos que transmitir a las personas que poner en marcha una empresa no es una cuestión sencilla.
Aitana. Apasionante. Nuestro Informe de Generación de Riqueza indica que, con un buen acompañamiento, las empresas salen adelante y aportan beneficios a la sociedad en términos de empleo, conocimiento y colaboración. Éste es un camino apasionante que hace que nos sintamos parte de esta transformación permanente en la que vive nuestra sociedad.
¿Cuál es vuestro papel en esa etapa que denomináis “segundo momento emprendedor”, cuando el emprendedor se transforma en una empresa consolidada”?
Pilar. Analizar, evaluar y animar al emprendedor a lanzar esos nuevos proyectos como si fuesen los primeros. Hablamos de pivotar: si no está funcionando o si sí pero buscas abrir una nueva línea de negocio, reorienta tu proyecto a lo que el mercado está pidiendo y puedes ofrecer, y triunfa con tu idea.
Javier. Para el SACME el “segundo momento emprendedor” es aquel en el que tras los primeros tres años de funcionamiento de la empresa tienes que hacer una parada técnica para analizar el camino recorrido. Es el momento en el que nos preguntamos qué nuevos proyectos podemos acometer, qué nuevos mercados podemos afrontar, analizar objetivamente cuáles de nuestros proyectos iniciales han sido verdaderamente rentables y cuáles no. Nuestra labor es ponerles delante de un espejo en el que vean reflejado de una manera objetiva los números reales de sus actuaciones. Esa visión realista es la que permite acometer nuevas líneas estratégicas.
Aitana. Initland tiene una línea de consultoría específica para empresas maduras en las que sigue trabajando con ellas en términos de innovación y creatividad porque el cambio es permanente y afecta a todos. Estamos muy orgullosos de nuestra Old School, una manera permanente de ligarnos con nuestra comunidad de emprendedores. Por otra parte, el ser la única oficina de apoyo local del programa Erasmus para Jóvenes Emprendedores nos está situando como referente en materia de internacionalización para aquellas personas que quieran colaborar codo con codo con profesionales de toda Europa.
¿Cuáles son las metodologías que realmente funcionan y/o aplicáis con mayor éxito en el proceso de apoyo y mentorizaje al emprendedor?
Pilar. En la Terminal tenemos la ventaja de que todos convivimos juntos, mentores y emprendedores. Esto nos permite llevar el mentorizaje más allá de las sesiones semanales y mensuales y vivir el día a día con ellos.
Javier. Para nosotros el elemento fundamental es convertir el plan de negocio en un plan de acción. Trabajamos con el emprendedor para poner plazos y objetivos medibles a sus ideas. Le ayudamos a examinar cada una de sus decisiones empresariales. En muchas ocasiones no hacemos sino conseguir que el emprendedor subraye conocimientos que ya tenía previamente, y que ponga números a sus ideas. El emprendedor debe tener autoestima y saber que sabe muchas más cosas de las que cree saber.
Aitana. Nosotros trabajamos con un proceso de aceleración propio e interno. Propio porque, como decía, está basado en nuestra historia personal y profesional. Es “vida aprendida”. No externalizamos nada del proceso de aceleración y nuestro lema es: “Ensanchar personas para acelerar proyectos”. Si le preguntas a nuestros consultores, saben de ti todo y lo saben desde el inicio de tu existencia. Esa información completa y holística permite tomar decisiones con más información, y por lo tanto más certezas.
¿Qué papel creéis que tienen las instituciones públicas en todo el proceso del emprendimiento?
Pilar. Las instituciones públicas deben ser animadores, formadores y en definitiva motivadores del proceso emprendedor en la ciudad. Sobre todo en lugares como Zaragoza, donde el pequeño comercio es el corazón de la ciudad.
Javier. Hay que reconocer el trabajo que todas las instituciones públicas están realizando para simplificar los trámites. Es cierto que todavía queda camino por recorrer pero sería injusto no reconocer el camino ya recorrido. El segundo punto importante es la labor de coordinación de todas las instituciones tanto públicas como privadas. La variedad de puntos de vista enriquece al emprendedor y esto no se puede confundir con la duplicidad. Por nuestra parte, el elemento diferencial es la visión estrictamente empresarial que se da. Somos empresarios que cuentan a los nuevos empresarios sus experiencias previas. Nuestra mayor riqueza es el bagaje de experiencias que se transmiten entre sí emprendedores y empresas.
Aitana. Yo creo que han cambiado. Hace cinco años su misión era crear incubadoras. Ahora hay una inflación de espacios para la incubación. Es necesario que las ciudades y las comunidades autónomas establezcan una estrategia de emprendimiento que esté más vinculada al tejido empresarial de la zona, que permita aprovechar los recursos del territorio para poder traccionar mejor las iniciativas emprendedoras. Si algún político cree que política de emprendimiento es construir más edificios estará errando de manera descomunal. Hace falta estrategia y alineamiento de esfuerzos y recursos.
¿Qué receta le daríais a un emprendedor que inicia su negocio? ¿Qué es lo más satisfactorio de este proceso?
Pilar. Que se lancen a hacer de su idea un negocio, que aprendan del mercado, del resto de emprendedores que están a su lado, de ellos mismos y de todo lo que pueden lograr. Que el proceso es el aprendizaje, el cometer errores y el ver cómo tu idea cambia y se convierte en un negocio, o incluso en una empresa consolidada que da empleo a otros.
Javier. El emprendedor debe lograr el punto medio entre autoestima y autocrítica. Por una parte creer en lo que se propone y hacer aflorar todo el conocimiento que atesora. Y por otra desechar cualquier toma de decisión por “ocurrencias”. El emprendedor debe hablar con mucha gente, ver qué les ha sucedido a personas que han intentado previamente lo que él se quiere proponer. Los técnicos del SACME no somos gurus ni nada parecido, sino gente que ha leído y ha visto muchos proyectos empresariales. Con las opiniones recabadas es labor del emprendedor hacer un análisis crítico. Todas las opiniones son valiosas pero no todas valen lo mismo. Quien se juega el dinero es él y, por tanto, él es quien debe asumir el protagonismo de su negocio.
Aitana. Al que empieza yo le pediría sólo pasión. Es determinante para ser perdurable. Todo lo demás se construye y se crea. Y lo más satisfactorio es la gente que conoces en el camino y todo lo que aprendes. Yo contrataría con los ojos cerrados antes a un emprendedor que a una persona que sólo ha trabajado por cuenta ajena.
Dicen que los emprendedores son como “una montaña rusa de emociones” y a veces el camino es duro. ¿Qué le diríais a un emprendedor que está a punto de tirar la toalla?
Pilar. Sea cual sea el problema, le diría que recapacite, que vea hasta donde ha llegado y a dónde quiere llegar y analice la situación de su proyecto. Si es posible, mejóralo, adáptalo, o cámbialo. Recicla tu idea, no la tires, o simplemente cambia tu cliente objetivo. La mejor parte de los “no” es que hacen que aprendamos. Ser emprendedor es un camino difícil y exigente, y hay que estar preparado.
Javier. Emprender es una carrera de fondo. El proceso de intentar montar una empresa ya es por sí un aprendizaje tanto en lo personal como en lo profesional, aunque finalmente no llegue a montarse la empresa. Nuestra labor es frenar al que va muy rápido y animar al que se atasca en cuestiones triviales. A veces pongo el ejemplo de cuando hacemos fuego para hacer carne. Tan peligroso es que el fuego este muy vivo y se nos quemen las chuletas, como dejar apagar la brasa por no atenderla y que no podamos comer. Si el emprendedor en un momento determinado cree que debe dejar temporalmente su idea, no hay que forzarlo para que la ponga en marcha al coste que sea.
Aitana. Que a veces lo inteligente es tirarla. El fracaso es un aprendizaje indeleble. Emprender es un camino de aprendizaje. Pero en esto no es diferente de la vida. La vida es aprendizaje. Emprender es una actividad vital. Y uno debe decidir si continuar con el proyecto aporta vitalmente o resta. Si resta, es que la vida te espera en otro sitio.