Todo está cambiando. Vivimos en una continua transformación que afecta a todo lo que nos rodea, desde la parte más física hasta los conceptos o los términos que utilizamos. El mundo en movimiento y en constante cambio y, dentro de él, las personas buscando nuestro lugar. Y los espacios queriendo encontrar personas que los habiten y los llenen de vida. Esas son las claves: personas y espacios, en este orden. Luego llegan otras cosas: conexiones, ideas, relaciones, trabajos compartidos, experiencias de grupo, conocimiento que fluye…

Con estos mimbres se construye todo. Los resultados pueden ser muy diferentes entre sí, por supuesto, porque las combinaciones son múltiples. Existen matices y pequeños detalles que configuran la anatomía de cada proyecto y establecen las diferencias entre unos y otros. Sin contar, además, con la propia evolución de las cosas. En definitiva, ya lo decía antes, transformaciones constantes.

Esta reflexión, en forma de círculo virtuoso, que no vicioso, me viene a la cabeza al tratar de explicar lo que hago cada día en Zaragoza Activa y que no es otra cosa más que tratar de ayudar a construir sueños, convirtiéndolos en realidades, en forma de proyectos emprendedores. Una labor que fundamentalmente está vinculada con el Vivero de Empresas pero, también, con una programación de actividades abierta, variopinta e interdisciplinar a través de la que pretendemos mostrar metodologías de trabajo, herramientas de desarrollo y conocimientos nuevos, aunque a veces no lo son tanto, que están de actualidad o deberían estarlo, al menos desde nuestro punto de vista. Así de fácil y así de complicado porque todos nuestros servicios están necesariamente relacionados entre sí. Y el Vivero no es sólo el Vivero, sino también la continuación lógica del Semillero y/o el programa Yuzz; o justo lo que necesita la persona que acude a Infoactiva para averiguar cómo poner en marcha su negocio; o un complemento necesario para alguno de los proyectos de La Colaboradora… Y la programación no son sólo charlas o píldoras formativas que empiezan y acaban un día y en un horario determinado sino una fuente constante de nuevas demandas, interacciones personales y, en definitiva, una inspiración para seguir trabajando a futuro.

La verdad es que todo esto no sé si aclara algo o genera más interrogantes, es casi una pregunta que me hago en voz alta. En cualquier caso trasmite mi realidad cotidiana. Desconcertante en ocasiones, apasionante siempre.

Milagros Arrebola

Trabajando por y para las personas desde Zaragoza Activa. Historiadora reinventada, coordinadora del Vivero de Empresas, programadora de actividades para emprendedores y... lo que se tercie. En construcción constante, aprendiendo cada día de todos los que me rodean y, sobre todo, de mi hijo.

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