Todos de alguna forma tenemos que trabajar en equipo o coordinados con otras personas. Eso sí, trabajar rodeado de otras personas o compañeros no  significa que ya con esto trabajemos de forma grupal y coordinada. 

El reto de trabajar en equipo

Muchas personas, debido a la pandemia producida por el covid-19, han tenido la opción de teletrabajar; esto puede hacernos pensar que trabajar en remoto conlleva hacer un trabajo mucho más individual. Esto es un gran error, porque teletrabajando nos tenemos que coordinar mucho más con nuestros equipos de trabajo para que todo cuadre, salga a la perfección, se solucionen problemas y se preste un servicio lo más rápido y eficaz al cliente final. Como digo, trabajar bajo un mismo techo no supone trabajar en equipo.

Al final, las tareas de trabajo forman parte de un proceso que se divide en diferentes partes, de las cuales se encargan personas e incluso departamentos.

Un ejemplo

Imaginemos la tarea de vender un producto de nuestra empresa, por ejemplo, tuercas para ensamblar ruedas de tractores. El departamento técnico desarrollará la pieza según las indicaciones del departamento comercial y el de producción junto con el de calidad, producirá la pieza con la mayor calidad posible.

El responsable de producto habrá hecho un estudio de posicionamiento con el de la competencia, quien habrá desarrollado un “benchmarking” de características y precios. Marketing tendrá que desarrollar la estrategia de venta y las herramientas para que el mercado conozca nuestro producto. El departamento comercial tendrá que convencer al cliente de las bondades de nuestro producto para obtener el pedido. Una vez llegue dicha orden de compra, después de que producción lo haya producido, el departamento logístico se encargará de enviarlo. Si el producto llega en mal estado entrará en acción el departamento de postventa o reclamaciones con soporte del área comercial.

Un proceso simple que seguro que puede conllevar incluso más gente involucrada. Podemos verlas como tareas sueltas, lo único es que tienen que estar todos estos departamentos coordinados, trabajando de forma conjunta, dándose ayuda y soporte en beneficio de la satisfacción del cliente, que es gracias al que todos siguen trabajando ahí. El gran problema de las empresas se produce cuando cada paso de los explicados anteriormente se hace “en solitario” y se dice “mi parte ya la he hecho”. Al final, el gran perjudicado es el cliente, así como la propia empresa y su imagen corporativa cuando las cosas no salen como debieran y cada departamento va por libre.

Muchas veces, estos errores vienen ocasionados desde la cúpula directiva que no fomenta el trabajo en equipo dentro de su organización. El trabajo en equipo no solo se debe desarrollar verticalmente, sino horizontalmente, incluso en la cúpula.

Salvar momentos de crisis

Un equipo, tanto en el área directiva como más abajo en el escalafón, tiene que tener claro que, en momentos de crisis, habrá que ayudarse unos a otros. Trabajar en equipo no significa, “encasquetar” tareas solo a las dos personas que se buscan la vida o que son más resolutivas y que el resto mire como lo hacen. Para que el trabajo en equipo funcione debemos dedicar tiempo a integrar, preparar y ajustar al equipo de personas. Esto requiere explicar las cosas y tener paciencia para que todo vaya cuadrando.

Cambiando radicalmente de sector, si estáis buscando nuevas oportunidades laborales, ¿por qué motivo no buscáis trabajo en equipo con otras personas en vuestra misma situación? Muchos diréis que las otras personas en búsqueda activa son competencia o que no se estila hacer esto. Da igual que esas personas tengan vuestro mismo perfil o no. Se trata de repartiros tareas, ayudándoos unos a otros y de esta forma uno avanza más. Imagínate que sois 4 personas, uno revisa una semana los portales de empleo buscando las ofertas adecuadas para esos perfiles, otro rastrea opciones formativas, etc. Al final se deben repartir las tareas más grupales para trabajar esa información cada uno de forma individual.

Siete claves del trabajo en equipo

Aquí os voy a dar mis recomendaciones para conseguir que te prepares para trabajar mucho mejor en equipo con otras personas.

Primero. Solo se avanza mucho más rápido, aunque de forma conjunta llegamos más lejos. Siempre vamos a tener que coordinarnos con otras personas, esto supone estar dispuesto a adaptarnos a los demás, igual que ellos lo hacen con nosotros. Cada persona somos de una forma diferente y no podemos pretender que todo el mundo piense, actúe y haga las cosas como nosotros.

Segundo. Para que el trabajo en equipo funcione requiere potenciar la comunicación constante y habitual. Repartir las tareas, dar tiempo para resolver dudas, practicar y revisar las mejoras. Va bien dar directrices claras y asegurarnos que han quedado despejadas todas las dudas. Muchas veces no preguntamos por qué sabemos que al resto les va a molestar o se van a pensar que no nos enteramos de nada. Igualmente debemos hablar sobre los roces que surgirán entre los miembros del equipo; no debemos llevarlo a lo personal. Céntrate en el hecho y no en la persona.

Tercero. Potencia y anima a los miembros de tu equipo a que aprendan diferentes tareas y actividades del proceso; esto les permite variar de rol y ser mucho más versátiles. ¿Cuántas veces ocurre que un proyecto o proceso se demora porque la persona que sabe hacer algo está enferma, de vacaciones o se ha marchado de la empresa? Esto no es factible y ocurre por una mala organización del trabajo. Todas las tareas las tienen que saber hacer varias personas de la compañía.

Cuarto. Dar feedback constante a los diferentes miembros del equipo sobre lo que hacen bien y ayudarles con un plan personalizado a mejorar en aquellos aspectos a los que no llegan a los mínimos necesarios. Normalmente, nos centramos solamente en lo negativo y esto desincentiva a las personas. El que no hace nada, nunca se equivoca. No cuesta nada reconocer el buen trabajo que realizan los demás; esto motiva a seguir adelante.

Quinto. Acepta de una vez que no siempre vas a tener razón y que, en ocasiones, las mejores ideas se les ocurrirán a otros. Trabajar en equipo supone saber dar nuestro brazo a torcer cuando nos damos cuentas que otras alternativas son mejores. En ocasiones estamos discutiendo por no reconocer nuestro error. Esas soluciones de otros han surgido por las aportaciones de todos que han llevado a esa alternativa final.

Sexto. Debes pensar más en las necesidades grupales y menos en lo que tú necesitas. Todos, en algún momento, nos creemos el ombligo del mundo y esto perjudica el trabajo en equipo. Debemos centrarnos más en lo que nos une y no en lo que nos separa. Nos toca buscar un equilibrio con las personas de nuestro equipo. Nadie es perfecto, empezando por nosotros.

Séptimo. En más ocasiones de las deseadas no podremos elegir a las personas con las que trabajar en equipo; esto supone ser flexibles buscando el bien común. Empieza a ver el mundo laboral desde el prisma de otros compañeros, aunque te cueste hacerlo y entenderlo. Siempre se aprenden cosas que te pueden venir bien integrar en tu desarrollo profesional.

Trabajar en equipo cuesta siempre, aunque al final enriquece mucho si sabemos adaptarnos, equilibrarnos, aceptarnos y tolerarnos. Se trata de llevarnos bien asumiendo lo que podemos esperar de cada persona. Lógicamente, esto no conlleva que seamos amigos de todos nuestros compañeros de trabajo. Con determinadas personas chocarás por las diferentes formas de ver el mundo. Esto no significa que no podáis reconocer las cosas que se hacen bien. Igualmente, a veces va bien hablar las cosas que te sacan de quicio en el ámbito laboral de esas personas para buscar un punto intermedio.

¿Por qué motivo te resistes a trabajar en equipo?

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