Puede que una estupenda manera de actuar dentro de las Administraciones Públicas, de ofrecer modelos para generar y regenerar la vida completa en las ciudades, en las nuevas sociedades, sea la de promover y propiciar la investigación. Como dije en algún momento: organizar unidades de pensamiento. No podemos olvidar que una de las labores fundamentales de la políticas públicas debe fundamentarse sobre la creación de oportunidades y la generación de recursos de conocimiento. Algo que sin duda puede canalizar las posibilidades y el capital intelectual suficiente para que la sociedad, madura en su conjunto, sea la dueña de la ciudad que habita y organiza. Evolucionar de la administración de recursos (hard, soft) a la mediación de iniciativas (trans). Las instituciones se convierten en plataformas abiertas que se relacionan con el entorno y facilitan la interacción con la comunidad. Que se abren a la abundancia de contenidos, a la excedencia de conocimiento y que localizan y distribuyen esa sabiduria comunitaria latente y evidente. Una especie de gestión de sistemas de inteligencia urbana. Una especie de semantización de la gestión municipal en la que toda la información se va organizando en cajas y etiquetas para su distribución y uso. Una estructura que ensambla contenidos y que convierte a las administraciones públicas en servicios RAM, en unidades de proceso.

Es evidente que desde esta perspectiva la institución pública no busca la generación de un conocimiento “original” (es imposible, por otra parte, en esa especie de régimen de aislamiento en el que se instalaron) sino que lo contextualiza de forma colaborativa e integrada en un entorno abierto y comunitario. Una especie de código abierto en el que, luego, cada usuario reforma según sus necesidades. Estamos hablando pues de una gestión conectada que no pertenece a nadie sino que está contenida en una ciudadanía compleja, que no muestra sino que interactúa, que traspasa el canal unidireccional de servicio, que es proactiva como objetivo. Una gestión en la que el técnico pierde (o modifica) su función tradicional para que la sociedad se apropie de los mecanismos necesarios y la calle actúe en un modo, digamos, DYS. La gestión de la inteligencia conectiva. La evolución cognitiva de la ciudad.

En todo caso, insisto, el desafío actual de la gestión pública pasa por la investigación. Por una propuesta que integre la enorme cantidad de vida que existe fuera de las administraciones y la escasa capacidad histórica de éstas para adaptarse a las realidades externas. Producir herramientas para que esta conexión se dé y permita que organizaciones, instituciones, agentes, creadores y ciudadanos evolucionen en un escenario múltiple, integrar la información y el conocimiento que permanece en la sociedad y ser capaces de acoplar las mutaciones continuas que genera la inteligencia activa. Una especie de gestión regenerativa que sea capaz de enfrentarse al reto de reprogramar modelos y activar espacios muertos.

Quizá esa histórica carencia de investigación (de compresión esencial) nos haya conducido a este colapso. Cerrados e impedidos los espacios de pensamiento en función del dogma de la práxis y el rendimiento, se cierra con ellos la única ventana por la que puede regenerarse un aire viciado que empuja a las ciudades a la competitividad, a una dudosa excelencia, a la inevitable “marca”, a la venta de sus espacios como si de parques temáticos se tratase. El municipalismo, no nos engañemos, sigue en gran medida atrapado en ese modelo de explotación neoliberal.

Toca armonizar. Los laboratorios ciudadanos, los laboratorios urbanos de pensamiento deberían ser los responsables, los iniciadores del derrumbe de los grandes mitos de la gestión, del viejo municipalismo paternalista y patriarcal. Refundar las solidaridades y el entorno comunal. Urban Milla Lab en @etopia_ y Urban Think Lab en @ZGZActiva, en estrecha colaboración con Paisaje Transversal, son, hoy por hoy los dos espacios municipales que trabajan por la creación y consolidación de un Laboratorio Urbano Abierto en el que la ciudadanía, a través de diferentes plataformas, toma las riendas para la construcción de ciudad.

Seguimos.

José Ramón Insa Alba

Coordinador de Proyectos y Redes en la Sociedad Municipal Zaragoza Cultural. Area de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza. Pasé por ZAC durante cuatro años como responsable del ThinkZAC.

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1 Comment

  • José David Valero, 20 agosto, 2014 @ 11:24 Reply

    Me encanta esta frase: “Una estructura que ensambla contenidos y que convierte a las administraciones públicas en servicios RAM, en unidades de proceso.”

    …y esta otra: “Los laboratorios ciudadanos, los laboratorios urbanos de pensamiento deberían ser los responsables, los iniciadores del derrumbe de los grandes mitos de la gestión, del viejo municipalismo paternalista y patriarcal.”

    Es alentador ver como surgen iniciativas “facilitadoras” desde la propia Administración para remodelar las estructuras de gestión de los recursos públicos desde la iniciativa del ciudadano “privado”, pero resulta todavía muy difícil dar crédito a las mismas debido a la falta de movilización ciudadana hacia ello.

    El problema ya no está únicamente en la disonancia de aplicar un modelo coherente y un modelo eficaz/rentable… yo creo que el problema va más allá: hay un problema de cultura colectiva. El problema reside en una peligrosa unión entre una desmovilización política de la ciudadanía, una falta de promoción audaz (o Comunicación, si se prefiere) de estas iniciativas y una cultura del cortoplacismo en la Administración Local, centrada en satisfacer las necesidades más inmediatas del votante…

    …todo eso sin contar la intencionalidad última que pueden tener nuestros representantes, posiblemente más cercana a la “masa silenciosa” que a una Sociedad formada e informada…

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