Llegamos al ecuador de Flip&Do. El primer reto social dedicado a los alumnos y alumnas de instituto de Zaragoza ya es una realidad. La experiencia de codiseñar la ciudad está arrojando mucha luz al tema del ocio alternativo en la ciudad. Sobre todo porque ellos son los protagonistas del potencial uso y de su configuración.
Cronómetros en marcha
Cada vez que comenzamos el taller, hacemos un brainstorming, selección de equipos y reparto de roles. La dinámica es la misma, pero nos adaptamos a sus inquietudes y estados de ánimo. Queremos lo mejor para todos, y de eso se trata el trabajo en equipo para conseguir resultados flipantes 😉
También ponemos tiempos al trabajo en cada ficha, para aprender a optimizar el trabajo y la concentración. En un proceso hay tiempos que cumplir para que todo funcione, para valorar que es más importante producir que detenerse en las dudas. Así pasamos por las 5 etapas que componen este proceso que es una fusión del Business Model Canvas y de metodologías como el design thinking, básicamente.
El equipo es la fuerza
Resulta fantástico ver cómo de la “nada” van cobrando sentido y forma las ideas. El análisis de la ciudad en relación al ocio alternativo, la posibilidad de innovar y el propio desafío de crear. Pero sin dudas es una fuente de conocimiento escucharlos y detectar cuáles son sus necesidades. Y este taller en ese sentido fue especial, porque había una necesidad emocional muy fuerte. De reconocimiento, de sentirse valiosos. A veces juzgamos sus reacciones, pero detrás de ellas esconden una necesidad y es importante permitir/les/nos atenderlas y reforzarlas. Y, ¡¿por qué no, darles la vuelta?!
Y trabajamos en ese sentido, con libertad y confianza. Un equipo detectó que así como a ellos les gustaba poder salir a la ciudad y expresar al aire libre su arte, había muchos jóvenes como ellos que lo necesitaban. Otro equipo, muy fan del cine, decidieron que sería interesante tener un espacio de cine al aire libre todo el año. Y el tercer equipo, cansados de que los juzguen por sus aficiones al skate y a la música asociada a esta afición, como el pop-punk o el hard rock, querían pensar en algo para revertir la situación, según me comentaban. Nos preparábamos para darle la vuelta.
Llegados al Canvas, donde poder visualizar la propuesta de valor y aquello diferencial en el proyecto cobraba buena dimensión. Es verdad que casi todos los proyectos los piensan para ser subvencionados por el Ayuntamiento. Sin embargo, reforzamos la importancia de encontrar otras fuentes de ingresos: cobranding, colaboraciones, patrocinios, mecenazgo, etc.
Emprender, colaborar, abordar un reto, no es tarea fácil. Existen muchos factores a tener en cuenta. Y el cambio de punto de vista, pararnos desde el usuario, hace que la experiencia de resolución sea dinámica e intensa pero muy reveladora.
Maqueta y manifiesto
Resultaron tres proyectos con buena base, y con mucho tela que cortar 😉 los tres coincidieron en algo, el arte como medio de expresión o como consumo cultural. Íbamos bien.
Un equipo generaba un circuito por toda la ciudad con puntos de interés acondicionados para las expresiones artísticas al aire libre. Lo llamaron “Circuito RUMA”. Y, por ejemplo, los miradores para el dibujo y la pintura, estaban acondicionados con techos y tableros. Para la música y la danza, pequeñas tarimas a modo de escenario y altavoces con protección para poder conectar algún reproductor de música… En fin ¿no os parece interesante, necesario para los adolescentes y realizable? A mi sí, desde luego. Sobre todo al ver con la convicción y pasión que ponían al diseñarlo.
Otro equipo se planteó, también al aire libre, porqué no poder disfrutar en toda época del año del cine, el teatro y en suma donde poder disfrutar entre amigos. Esta idea, a priori, era un poco menos realizable. Sin embargo ellos estaban entusiasmados y concentrados en generar un espacio así. Con paneles giratorios para insonorizar dependiendo si estaban en la zona teatro o la zona cine. De cualquier forma fue una gozada verlos analizar al usuario o pensar con qué empresas colaborarían para que auspiciaran las tarde de cine.
El finalista
El tercer equipo fue SPOT, así llamaron al espacio donde poder convivir sanamente y en armonía con los vecinos, poder expresar deporte y música, encuentros en positivo y de aprendizaje entre los amantes del skate. ¿Dónde? En principio en las pistas que ya existen en la ciudad, que son 3. Y luego pensar en más. Acondicionar estas pistas a través del reciclado, de esta manera los vecinos pueden implicarse con el buen uso y disfrute. El equipamiento urbano consistiría en escenario, sofás y altavoces protegidos realizado con dichos materiales. Y contar con un MANIFIESTO, donde se sentaran las bases de respeto, cuidado y armonía entre los jóvenes usuarios y los vecinos.
Para ello teníamos un claro referente de la ciudad: el Festival Asalto. Un gran equipo de trabajo detrás que logró “darle la vuelta” al tema del arte urbano. Lo ha elevado incluso a la consciencia de los vecinos de Zaragoza como tal, y no como un simple graffitti que destruye el entorno. Este equipo, que al principio podría haber sido encajado con viejas etiquetas como “rebeldes sin remedio”, supo darle la vuelta y consiguieron un gran resultado.
En fin, la confianza es la base de la creatividad. Y ésta de la innovación. ¿No crees?