El sopor de la siesta mezclado con el telediario veraniego produce monstruos.

Imagino hordas de guiris asediando Mallorca, anónimos tras sus Ray-Ban de moda, y pienso si sabrán que las gafas de sol son un invento ártico prehistórico…. seguro que no, por eso hacen balconing.

El pueblo inuit ,”mal llamado” esquimal, que habita desde época prehistórica las regiones árticas, inventó las gafas de sol como solución a la ceguera de las nieves. Este tipo de ceguera se debe al poder reflectante del sol en la nieve, lo que unido a las habituales ventiscas, provoca constantes oftalmías. Estamos ante uno de los primeros casos de diseño de producto ante una necesidad social (o tribal).

En lengua inuit, esquimal significa “devorador de carne cruda”, por eso resulta un término despectivo para la etnia mayoritaria, que prefiere ser llamado Inuit (Pueblo). Muchos recordaréis el que es considerado primer documental de la historia del cine, Nanook of the north (de Robert Flaherty en 1922, que se tradujo como Nanuk el esquimal). Kayaks, iglúes, peripecias en el Ártico, y gafas de sol; unas planchas de hueso o madera con dos hendiduras, sujetas a las orejas con tendones o piel. El objeto de estas gafas era limitar el ángulo de visión. Nos tenemos que remontar a la China del s. XII para encontrar cristales de cuarzo ahumados como gafas de sol.

El diseño de producto es pues una disciplina prehistórica, siendo el Homo Habilis el primer homínido en modificar piedras para fabricar utensilios líticos. Actualmente el diseño de producto atiende a los nuevos métodos de fabricación, nuevos materiales y modas, pero ante todo a las necesidades del mercado y de manera original a las necesidades sociales. Muchas veces nos olvidamos de esto, acostumbrados a roles de consumo marcados por el ritmo de las modas.

Cuando ya se ha inventado un diseño que cubre una necesidad, no queda otra que hacerlo mejor, o generar un flujo de cambios (modas) que hagan que el consumidor vuelva a comprar unas gafas cuando ya tenía unas; es lo que se conoce como obsolescencia programada. En el mercado actual se intenta programar la vía útil de un producto, y es aquí donde el diseño juega un papel importantísimo al relegar o encumbrar objetos.

El gran reto del diseñador actual de producto estriba en encontrar el diseño eterno, aquel Santo Grial que nunca pase de moda; y parece que la marca Ray-Ban lo ha conseguido.

Ray-Ban diseñó su primera colección de gafas de sol en 1937 por encargo del Cuerpo Aéreo del ejército norteamericano, el modelo Aviator, para pilotos de avión que cada vez volaban más alto. Setenta y seis años más tarde el modelo Aviator, junto al Wayfarer, sigue siendo el modelo de gafa de sol más fabricado, imitado, y que mejor ha resistido a años de modas.

Actualmente, alguno de los inuit que quedan utilizan Ray-Ban, pero aseguran que las gafas de sus bisabuelos no se empañaban y resistían mejor a las heladas. No hay nada perfecto.

Antonio Charles

El tercer Antonio Charles de la historia, pues comparto nombre con mi padre y con mi abuelo. Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza, me gustan la Prehistoria, la antropología y la hominización. Vídeo aficionado y autor de dos cortometrajes documentales y co-autor de un largometraje documental, Zaragozanos. Técnico sociocultural del Ayuntamiento de Zaragoza, comunicando en Zaragoza Activa.

Más Publicaciones


Seguir en Redes Sociales:
TwitterFacebookLinkedIn

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *