Cuatro Casas de Juventud de Zaragoza cuentan con estas microbibliotecas cuyo objetivo es el de acercar el cine y la literatura a los barrios

En su objetivo de hacer llegar la literatura hasta el último rincón de la galaxia, la Biblioteca para Jóvenes BJCubit ha estrenado un nuevo proyecto denominado ‘Satélites Cubit’. Esta iniciativa, que consiste en la creación de pequeñas bibliotecas en las Casas de Juventud de Zaragoza, arrancó el pasado mes de abril en cuatro de estas sedes: Casco Viejo, San José, Delicias y Las Fuentes.

De momento, estas cuatro microbibliotecas, que ofrecen un espacio de intercambio de libros y películas cedidos por BJCubit, se encuentran en fase piloto; ya que la idea es seguir ampliando la colección y su presencia en los barrios de Zaragoza.

“Desde hace un mes hemos habilitado unos espacios de préstamo de libros y películas en cada una de estas Casas de Juventud, con títulos especialmente seleccionados para el público joven e, incluso, de temáticas que interesaban a los propios usuarios”, explica Mari Cruz Acín, directora de Cubit.

Se trata de una serie de lotes cerrados que contienen obras atractivas -en su mayor parte novelas-, y fondo de cine. “La biblioteca cede estos materiales durante un tiempo determinado, con el fin de que los diferentes lotes vayan rotando periódicamente entre las casas de juventud”, indica Acín. De esta forma, se crearán como subdelegaciones de la Biblioteca Cubit en los distintos centros, fomentando una mayor colaboración e intercambio con los jóvenes de la ciudad. El proyectoSatélites Cubit promueve la colaboración y el intercambio de recursos y espacios públicos para promover la lectura y el cine como propuesta de ocio alternativo. “Nuestra idea es seguir creciendo y llegar a más espacios de la ciudad”, añade Acín.

Estos cuatro satélites piloto han sido bautizados por los propios usuarios de las Casas de Juventud, cuyos nombres han sido elegidos entre los satélites que acompañan al planeta Urano e inspirados en personajes de las obras de William Shakespeare y Alexander Pope. Los nombres elegidos fueron: Oberón (C.J. San José), Titania (C.J. Las Fuentes), Mab (C.J. Casco Viejo) y Puck (C.J. Delicias).

El satélite Puck de Delicias fue uno de los pioneros a la hora de lanzarse a esta aventura. “Se trata de una iniciativa que nos llegó a través del Servicio de Juventud. Se planteaba crear unos espacios experimentales en varias casas, y la nuestra es una de las que maneja un mayor número de usuarios al día”, explica Roberto Moneo, educador de C.J. Delicias.

Además, asegura que la iniciativa les llamo la atención desde el principio, “fundamentalmente porque dentro de las líneas de trabajo que nos habíamos marcado en los últimos tiempos, una de ellas era iniciar una labor de acercamiento a la lectura de los jóvenes, habiendo realizado algunas actividades puntuales al respecto”.

Un proyecto a medio plazo

Acercar la literatura al público adolescente y juvenil es uno de los mayores retos en la actualidad, en la que las nuevas tecnologías y otras formas de ocio han eclipsado por completo a la mayoría de estos jóvenes. “Hay un colectivo reducido de jóvenes que están encantados con el proyecto mientras que otra parte muy importante de nuestros usuarios y usuarias lo ven como algo aburrido o alejado de sus centros de interés. Sin embargo, se trata de un proyecto que empezará a dar sus frutos a medio a largo plazo donde los resultados se irán viendo con cuenta gotas”, afirma el educador.

En su opinión los usuarios y usuarias acostumbradas a la lectura funcionan casi de forma autónoma, por lo que su objetivo son aquellos que se muestran más reacios a leer un libro o ver una película. “Lo bonito del proyecto es que nos supone ir aplicando estrategias que nos permitan acercar a los otros jóvenes a la lectura o al visionado de pelis o series”, indica Moneo.

Una oferta variada y cambiante

Y para ello, durante los meses de abril y mayo el Satélite ha contado con un refuerzo de programación protagonizado por actividades puntuales como algunas proyecciones o dar la posibilidad a los propios usuarios de decidir qué libros viajaban hasta sus estanterías. “El primer mes fue sobre manga, anime y japonés, por ejemplo; aunque ahora los libros más leídos son los de la trilogía de Los Juegos del Hambre”, señala.

En su opinión, el hecho de que se vayan actualizando los lotes periódicamente permite mantener el interés de los usuarios habituados a la lectura, e ir atrayendo a nuevos públicos más concretos: “Somos de los que piensan que la lectura les aporta muchas cosas, aumentan su bagaje cultural, desarrollan su propio pensamiento, obtienen recursos para relacionarse y comunicarse. Es algo muy positivo”.

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