La ética del cuidado no es una ética femenina, sino feminista, tal y como nos dice Carol Gilligan, y el feminismo guiado por una ética del cuidado podría considerarse el movimiento de liberación más radical —en el sentido de que llega a la raíz— de la historia de la humanidad. Al desprenderse del modelo binario y jerárquico del género, es un movimiento que liberará a la democracia del patriarcado.
Sumado a esto, el movimiento feminista ha sido y es diverso, especialmente respecto a sus posicionamientos y a su activismo. Esta heterogeneidad es mayor cuando se toma en cuenta los contextos locales, pues en cada lugar, según las condiciones históricas, políticas, económicas y socioculturales se han ido gestando diferentes grupos con una determinada forma de entender el feminismo, particular y diferenciada de otros contextos.
Desde esta mirada teórica, el taller Tejiendo redes de cuidados desde los feminismos, llevado a cabo en La Azucarera, quiso poner en el centro del análisis estas cuestiones, en primer lugar, el movimiento feminista en Zaragoza; y en segundo lugar, la diversidad de los colectivos participantes y la relación entre los mismos, haciendo hincapié en la falta de relación entre los diferentes grupos y las mujeres con diversidad funcional. Para ello, empezamos con diferentes dinámicas a través de preguntas concretas que tenían la finalidad de analizar la formación de los diferentes colectivos, visibilizar las problemáticas para crear diferentes grupos de acción dentro de los mismos y, finalmente, trabajar en cómo podemos crear una red entre los diferentes colectivos participantes.
Sobre la creación de los diferentes colectivos feministas, todos surgen por la opresión que sufrimos derivada del patriarcado en diferentes ámbitos: emocional, laboral, deporte, afectivo-sexual, entre otros, así es como el movimiento feminista se va creando en Zaragoza a partir de diferentes grupos de acción que tienden a visibilizar problemáticas concretas en un momento determinado. Sobre este aspecto, cabe destacar que en la sesión realizada, las mujeres con diversidad funcional señalaron que se forman como asociación por su discriminación desde dentro en diferentes ámbitos: la violencia obstétrica se incrementa en ellas ya que la mayoría de los dispositivos sanitarios no están adaptados, también los pisos para mujeres que han sufrido violencia machista no son accesibles en la mayoría de las casos, siendo la alternativa residencias para tercera edad, además, los espacios de reunión dentro de nuestros colectivos o asociaciones en la mayoría de los casos tampoco están acondicionados, entre otras cuestiones. Llegadas a este punto, incidir en la múltiple discriminación, es decir, por ser mujeres y por tener diversidad funcional. No obstante, es precisamente la diversidad funcional el primer eje de discriminación, ya que se les considera no capaces de asumir y desarrollar los roles femeninos tradicionales desde una visión patriarcal.
Para que lo entendamos un poco mejor, el término de «Feminismo de la diversidad funcional», tal y como nos dice Mª Soledad Arnau Ripollés (2005), tiene como objetivo principal recoger en una línea de pensamiento feminista no sólo como interactúa la suma: «género» + «diversidad funcional» (desde fuera), sino que, también y, sobre todo, cómo quienes se encuentran en esa situación (desde dentro), son capaces de dar expresión a sus experiencias vitales de cómo debemos concebir e interpretar sus realidades más propias sus maneras diferentes de ser y estar en el mundo a través de sus cuerpos, sus sexualidades, sus códigos,etc, fue desde esta última perspectiva su intervención en el taller, como acabamos de mencionar.
Todos ellos, problemas invisibilizados desde los diferentes feminismos zaragozanos que participaron en la sesión. Desde esta mirada, decir que una de las conclusiones del taller fue que tenemos que realizar un feminismo o transfeminismo que incluya a todas, ya que la mayoría de las veces no participamos con las mujeres con diversidad funcional en la acciones y luchas. Por lo tanto, y a partir de la reflexiones que acabamos de exponer, vimos que se hace cada vez más necesario realizar un red de cuidados entre los diferentes colectivos para poder visibilizar problemáticas, sobre todo, las que atañen a estas mujeres, ya que hemos tendido a invisibilizarlas y a no relacionarnos con ellas. Es decir, en el caso de Zaragoza, los colectivos y asociaciones todavía, a día de hoy, permanecen alejados de la voz de las mujeres con diversidad funcional dentro de lo que es el pensamiento feminista local. En este sentido, omitir esta diversidad puede desembocar en todo tipo de violencia.
Sumado a esto, otro de los problemas en el que la mayoría de los colectivos feministas coincidimos, fue la crítica a los espacios no mixtos que sufrimos dentro de nuestros propios movimientos sociales. La razón de la existencia de los espacios no mixtos radica en la necesidad de empoderamiento y autoconcienciación de las mujeres como grupo oprimido por el sistema heteropatriarcal. Nuestro mundo, es un mundo hecho y pensado por y para los hombres, en este sentido, si un hombre es feminista deberá cuestionarse sus privilegios y, por lo tanto, aceptar este tipo de espacios.
Respecto a la pregunta vinculada a la resolución de conflictos dentro de los colectivos, se opta en la mayoría de los casos por la realización de Asambleas de cuidados, es decir, en sacar a la luz todos los procesos para el mantenimiento de la vida vinculados a nuestro bienestar, tomando como referencia los grupos de autoconciencia de finales de los 70 y, por lo tanto, el liderazgo horizontal a la hora de tomar decisiones.
Finalmente, la variedad de los colectivos feministas participantes fue muy positiva y enriquecedora para todas las asistentes. Resulta fundamental entonces que tengamos clara la necesidad de estos espacios donde podamos interactuar: mujeres con diversidad funcional, mujeres ciclistas, mujeres precarias, mujeres universitarias, mujeres migrantes, mujeres del ámbito asociativo y sindical, colectivos lgtbqi, mujeres emprendedoras, etc, para que todas conjuntamente podamos visibilizar problemáticas que nos afectan y así llegar a la transformación social que tanto ansiamos. Precisamente, es muy importante, la reivindicación dentro del feminismo de la creación de redes de cuidados entre nosotras, tal y cómo acordamos el taller, para ello, el primer paso puede ser la creación de una plataforma web para poder interactuar y visibilizar problemáticas y así, empezar a poder hablar de uno nuevo internacionalismo feminista, en que el lema “si tocas a una, tocas a todas” se haga realidad.
Gracias a todas por participar: Bielas Salvajes, Febrero Feminista, Komando Feminista, Grupo Residente Economías Feministas, Asociación Aragonesa de Mujeres con Discapacidad (Amanixer), M.I.A., Grupo de Cuidados y Economía Feminista (REAS Aragón), María Luisa Frutos, Txema Salas, Paula Gonzalez Les, entre otras.
Bibliografía:
Gilligan,C.(1982): In a Different Voice: Psychological Theory and Women’s Development, Cambridge, MA: Harvard University Press.
Arnau Ripolles, Mª.S, (2005): “Otras Voces de Mujer: El Feminismo de la diversidad funcional”. Revista Asparkia, 16, pp. 12-26. http://www.e-revistes.uji.es/index.php/asparkia/article/view/540/456