Cuando uno realiza una entrevista de trabajo, tras finalizar, es normal que se nos haga esta pregunta: ¿Cómo ha ido? En ocasiones, las personas tienden a contestar que esperan tener suerte y que el entrevistador o entrevistadora sepa ver lo bueno que es uno. Hoy te lanzamos una pregunta que quizás te has formulado muchas veces: ¿Por qué motivo no fuiste la persona elegida para ese puesto de trabajo?

¿Qué depende de nosotros para optar a ese puesto?

En una entrevista de trabajo, creo que es de todos sabido que el 100% de la decisión no depende solo de nosotros. Pero sí que es cierto que tendremos que esforzarnos para dar lo mejor de nosotros en aquello que sí depende de nosotros. Tenemos que ponérselo difícil al representante de la empresa, es decir, mostrar todo nuestro talento y valor profesional a la hora de ocupar ese puesto, para que quiera contar con nosotros. Tú necesitas trabajar en esa organización y el representante de la empresa necesita una persona que tenga unas competencias y conocimientos parecidos a los tuyos. Se trata de clarificar las dudas y llegar a un entendimiento.

Las personas no tendemos a evaluar “en caliente” la entrevista realizada. ¿Esto que significa? Analizarla al detalle sobre todo en los aspectos que dependen de nosotros mismos. 

Tenemos que anotar o recordar las preguntas que nos hicieron. Esto te sirve para futuras entrevistas para tener más diversidad de preguntas que preparar; algunas son estándar, sin embargo, otras son más raras y ayudan a ir más preparado.

Un dato importante

Luego debes recordar y anotar las respuestas para analizar lo siguiente:

  • ¿Qué respuestas fueron adecuadas?
  • ¿Cuáles no fueron las mejores?
  • ¿Qué puedo mejorar en mis respuestas para futuras entrevistas?

También debes plantearte las siguientes preguntas para ti mismo:

  • ¿Cómo puedo escuchar más?
  • ¿Cómo puedo sintetizar mis respuestas más?
  • ¿De qué forma pueden aportar más valor mis respuestas?
  • ¿Qué ejemplos sacan a relucir mi potencial?
  • ¿Qué digo que no aporta nada?

No se trata de responder lo primero que te viene bien, sino que debes ir y plantearte qué tipo de respuestas necesita el entrevistador o entrevistadora relacionadas con el puesto de trabajo en cuestión. A partir de aquí, tienes que ser tú mismo y dejarte llevar, pensando no solo en ti, sino en tu interlocutor.

Si no anotas las respuestas dadas en tus entrevistas de trabajo, las olvidarás rápidamente y ya no te ayudarán a poder preparar las próximas entrevistas. Se trata de plantearte hipotéticas preguntas y responderlas, para luego analizar si esa respuesta es buena, mala o mejorable. No olvides que nadie ha nacido enseñado, la repetición y la práctica son las mejores armas para estar bien preparados.

Imagínate la impresión que darás si al entrevistador le contestas a una pregunta “No sé, no tengo ni idea, puff,…”.

 

Consejos útiles

Aquí os dejo algunos consejos para saber evaluar una entrevista de trabajo y salir reforzado, aunque no seas siempre el elegido:

Primero. – Tienes que asumir que el representante de la empresa no tiene nada contra ti. Busca el encaje de tu perfil profesional con las competencias, conocimientos y experiencia que se precisa para la vacante a la que te presentas. Va bien que le facilites ésa información en tu CV, para que sea más fácil centrarse en otros aspectos.

Segundo. – Que te llamasen para una entrevista de trabajo no garantiza en absoluto que seas la persona elegida para ese puesto. Te toca demostrar, explicar, matizar y especificar al detalle toda la información que indicaste en tu CV. Tienes que generar certeza en el representante de la empresa. Es bueno dar detalles que demuestren que eres una persona que podría encajar en el día a día para ese puesto de trabajo. Por lo tanto, debes llevar preparado el desarrollo con ejemplos que generen credibilidad. Necesitan saber qué hiciste, cómo lo hiciste, por qué lo hiciste y qué consecuencias trajo tu acción.

Tercero. – Todas las candidaturas tienen puntos fuertes y otros puntos débiles o mejorables. ¿Cuáles son tus principales carencias para esa vacante a la que te presentas? Va bien conocerlas y buscar argumentos para ser capaces de darles la vuelta. Tienes que conseguir convencer a la otra parte; no debes buscar excusas sino argumentos con soluciones. Lo que mejor avala nuestra candidatura son los hechos y no las palabras. Se trata de demostrar lo que estás haciendo ya para solucionar tus debilidades.

Cuarto. – Tienes que ser objetivo a la hora de analizar tus entrevistas de trabajo; es necesario pensar en qué sensaciones objetivas te llevas de esa entrevista. También, es recomendable analizar qué fue lo mejor que hiciste, lo peor, qué puedes mejorar para futuras entrevistas, qué debes incorporar a tu discurso o argumentación o qué debes eliminar. Se trata de ser positivo, aunque realista e imparcial.

Quinto. – Desde tu conocimiento e intuición, ¿crees que te llamarán para la siguiente entrevista? ¿Tienes la sensación de que ese puesto de trabajo te lo ofrecerán a ti? Tienes que analizarlo desde tu prisma, centrándote en tu papel. Es bueno ser consciente; si estabas excesivamente sobre cualificado para ese puesto, si no explicaste bien tus argumentos para ese cambio, no demostraste tener los requerimientos imprescindibles para esa posición o los nervios te jugaron una mala pasada. Lo importante es darte cuenta de tus errores y aprender para próximas ocasiones.

Sexto. – Si desde tu punto de vista objetivo te salió bien, aunque desgraciadamente te han descartado o no has sido el seleccionado. No te rindas y es bueno que preguntes al representante de la empresa, pasado un tiempo prudencial; qué razones hicieron que no fueses el elegido, qué debes cambiar y mejorar para ser el elegido en futuras entrevistas, cuáles son los puntos fuertes y débiles de tu perfil en ese proceso de selección…

Séptimo. – También va bien que en la entrevista de trabajo preguntes cosas que te interesan, para saber si ese puesto de trabajo y empresa te encajan realmente. En ocasiones, tienes poca información de las condiciones, beneficios, formación, desarrollo profesional, etc. Es lógico que busques un equilibrio entre lo que te han solicitado y lo que te ofrece a cambio. Así que lleva un listado de cuestiones que son importantes saber, fíjate en lo que te dicen y en lo que no te dicen, toda respuesta da información. Igualmente, analiza el ambiente, a las personas y todo lo que veas. Preguntar demuestra interés.

Octavo. – Si tú fueses la persona que te entrevistó para esa vacante y con tu actuación ¿Qué opinarías de una persona con un perfil como el tuyo? ¿seleccionarías a esa persona con tu papel en esa entrevista?  Va bien ponerse en el lugar de los demás para ver sus argumentos y poder entenderlos, aunque no los compartas.

El mejor consejo que te puedo dar para una entrevista es que te la prepares. Analiza la oferta de trabajo e intenta responder a todos los puntos que piden, con ejemplos que demuestren que tienes esa experiencia. Evita decir “No lo sé”. Eso no da buena imagen. No inventes, porque todo lo que no sea verdad, saldrá a la luz. Es preferible que busques respuestas que, pese a no cumplir ese requisito, dejen buena imagen de tu propuesta de mejora para alcanzarlo. Con la preparación y tu “actuación” tendrás que ver si diste lo mejor de ti en la entrevista.

Muchas veces solo vemos lo de los demás y no lo nuestro, cuando es igual, con independencia de que lo hagas tú o sean otros los que tienen ese comportamiento o actuación. Todos hemos recibido una negativa en un proceso de selección en el que encajábamos y en el que las entrevistas nos salieron bien, toca seguir adelante. Si una empresa no te quiere por tu edad, sexo u otros condicionantes subjetivos, te hacen un favor al no ser la persona elegida.

Al final, encontrarás una empresa que te acepte y valore por lo que eres y puedes aportar. En ocasiones algunas personas fingen ser quienes no son para ser aceptados en una empresa, pero he de decir, que la “victoria” suele ser de corta duración, pues al final, todo se sabe. Cada persona tenemos que ser nosotros mismos para lo bueno y lo malo; si cambiamos debe ser porque estamos convencidos de esa evolución y la vemos favorable para nuestra vida personal y profesional.

¿Por qué motivo no fuiste la persona elegida para ese puesto de trabajo?

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