Un día me encontré con unas declaraciones de Alfons Corllená en un vídeo que alguien había compartido sobre nuevos modelos de negocio. Eran unas reflexiones sobre los retos a los que nos enfrentamos las personas ante la irrupción de la tecnología y cómo éstas se van a tener que adaptar a una situación cambiante muy drástica. Nos encontramos en un marco en el que las máquinas lo harán casi todo y a los seres humanos nos quedará hacer lo mejor que sabemos hacer… “ser humanos”. De entre todo ese bosque de reflexiones tan abrumadoras se me quedaron grabadas algunas preguntas:
- ¿Estamos legitimados en nuestras organizaciones para realizarnos como seres humanos?
- ¿Se dan las condiciones para desarrollar un perfil más explorador que explotador, poniendo en valor competencias como la creatividad, la empatía o la capacidad de innovación?
Manejar la incertidumbre es caro
Así Alfons nos lanza este reto: “Manejar la incertidumbre es caro. La incertidumbre es el precio de la libertad. Si tu quieres ser libre tendrás un futuro incierto. Si tu quieres absoluta seguridad tienes que sacrificar tu libertad. La pregunta es si seremos capaces de generar trabajo para aquellas personas que no quieran manejar su libertad y su incertidumbre. La respuesta es NO”
Sin duda, es una afirmación radical y tajante. Pero es cierto que muchas y muchos profesionales saben que sus organizaciones se encuentran en un entorno cambiante que amenaza el actual statu quo y afecta directamente a sus principales fuentes de ingresos.
En todos los sectores económicos, tanto privados y públicos existen cambios disruptivos que van en aumento. Estos están impulsados, además de por los avances tecnológicos, por la volatilidad del mercado, los cambios demográficos, los cambios regulatorios, nuevos competidores y otros factores repentinos como el cambio climático. Hechos que ponen a prueba los límites de los modelos de negocio existentes.
Nuevos modelos de negocio
- ¿Cómo situarse dentro de la empresa para asumir o liderar los retos necesarios para innovar o efectuar aquellos cambios que provoquen un giro disruptivo dentro de la propia empresa?
- ¿Cómo nos adaptamos a estos procesos de cambio?
Tener la agilidad y las herramientas necesarias para saber pivotar a tiempo nos puede ayudar a reinventar nuestras organizaciones y los modelos de negocio que las soportan.
Pero, ¿por dónde empezar?
Lo primero es tener claro qué entendemos por innovación y por modelo de negocio. Seguramente nos podemos encontrar con muchos conceptos y miradas que se acercan a entenderlos. Por ejemplo: “Innovación es la actitud de colocarse conscientemente ante situaciones complejas y difusas”.
U, otro caso: “Innovación es generar algo nuevo, que provoca un cambio positivo y que se puede implementar”. Según el propio Cornella “innovación es transformar ideas en valor para alguien, generando con ello resultados (económicos y sociales)”.
En cuanto a modelo de negocio, podemos decir que “un modelo de negocio es el modo como una empresa obtiene ingresos y genera beneficios”. “El modelo de negocio de toda organización, sea con fines de lucro o no (empresa social), describe la lógica que emplea para sostenerse en el tiempo”. Pero si nos ceñimos a dos referentes como Osterwalder y Pigneneur, “modelo de negocio es la lógica empleada por las organizaciones para crear, entregar y captar valor”.
La importancia de innovar
A lo largo de la historia, la innovación se ha venido dando a través de diferentes ámbitos como es la investigación tecnológica o científica, también en el ámbito de las organizaciones se ha dado en los modelos de desarrollo organizacional o en el modelo de producción. Pero si hoy en día las organizaciones quieren subsistir en el tiempo, es importante poner el foco de la innovación en el modelo de negocio.
Gracias al lienzo del CANVAS de Osterwalder nos es fácil reconocer aquellos elementos del modelo de negocio sobre los que actuar para generar un nuevo cambio que marque la diferencia respecto a la competencia para mejorar la propuesta de valor que queremos hacer llegar al cliente o mercado.
Para llegar hasta este punto, es importante no solo generar una buena cultura de la innovación dentro de la organización, sino también canalizar y sistematizar dicha capacidad innovadora. Para ello vengo trabajando con un sistema al que le denomino TRÉBOL, inspirado el el sistema del ‘Doble Bucle’ de Patrick Van der Pija, Justin Lokitz y Lisa Kay Salomon.
Este sistema nos permite ordenar el proceso de innovación desde el “Punto de Vista”. El lugar que nos ayuda a ver nuestra organización y cómo nos ven desde fuera. También nos ayuda a reconocer su historia, los valores que la sustentan y el propósito de futuro. Todo cambio y todo proceso de innovación va a tener que pasar siempre por el “Punto de Vista”.
El camino para innovar
A partir de ahí empezamos a preparar al equipo que va a liderar los procesos de innovación. Este equipo será el encargado de construir el mapa evolutivo de la innovación de la organización y empezará a estructurar las fases y el camino para innovar.
El primer paso será “COMPRENDER”. Comprender y estudiar bien el modelo de negocio, el contexto social y económico donde se desarrolla, y el mercado y el perfil de cliente al que va dirigida la propuesta de valor. Es en esta fase donde se decide sobre qué elemento del modelo de negocio actuar para desarrollar una innovación que permita marcar la diferencia respecto la competencia.
Una vez decidido el ámbito de actuación se pasa a la fase de IDEAR. Con enfoque Design Thinking, se generan múltiples ideas en torno a lo que se quiere innovar hasta dar con una o dos ideas que se puedan llevar a la siguiente fase para PROTOTIPAR. En esta fase toca probar y fallar de forma iterativa hasta VALIDAR la propuesta innovadora que se habrá que implementar y ESCALAR.
El “Doble bucle”
Mi aportación a este sistema del “Doble Bucle” ha consistido en añadir una tercera hélice que permite al equipo hacer un seguimiento de la nueva innovación en base a análisis de datos y comportamiento. Esta fase es clave para saber si la innovación que se ha puesto en marcha funciona bien, cumple con los objetivos que se esperaban de ella o en caso contrario, volver al “Punto de Vista” para analizar los problemas que hayan podido surgir y buscar las soluciones oportunas para volver a prototipar y validar.
En resumen… nadie tiene una fórmula perfecta para generar la capacidad innovadora en una organización o para mantener un modelo de negocio en el tiempo. Sí existen en cambio buenas herramientas y profesionales que pueden ayudar y acompañar a transitar hacia nuevos escenarios que permitan a las organizaciones y sus profesionales, ver un horizonte positivo hacia el que dirigirse.
El modelo del TRÉBOL es una herramienta más. De una buena actitud de las personas que forman parte de una organización dependerá el éxito en poner en práctica dicha herramienta. En ello seguimos trabajando y acompañando.
Por Alfredo Bezos
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