No es obligatorio poner en tu currículum que tienes una discapacidad. De hecho, bastantes personas prefieren no ponerlo para no sentirse marcadas, estigmatizadas o discriminadas. Todos, de forma directa o indirecta, juzgamos en la mayoría de las ocasiones aspectos que desconocemos y que no sabemos lo que suponen. Si lo que vas a decir no aporta nada positivo ni constructivo, quizás es mejor que te quedes callado.
Discapacidad, ¿qué hago con mi CV?
Recuerdo hace tiempo en una empresa en la que estaba trabajando que entraron dos personas con discapacidad. Este detalle corrió como la pólvora y empezaron las preguntas tontas. “¿Qué tienen?” Porque desde su ignorancia decían que no se les notaba nada. Afortunadamente esto ha mejorado mucho, aunque aun falta mucha educación, formación y concienciación en las empresas sobre estos temas.
El hecho de que empiece a trabajar gente con discapacidad en una organización debe ser confidencial y no tiene por qué saberlo todo el mundo. ¿El motivo? Principalmente porque es algo que no tiene por qué decirse de forma abierta. Se debe educar, explicando que la perfección no existe y que todos tenemos nuestras diferencias. Se trata de adaptar el trabajo a las capacidades o necesidades de cada persona y no al revés, cosa que, hasta no hace tiempo, ha ocurrido más de lo que nos gustaría.
Educación, formación, concienciación
Parece que todo el mundo debe ser igual y, al final, cada uno somos diferentes. La palabra “normalidad” hace mucho daño; no porque algo lo haga la mayoría supone que sea lo mejor, lo único posible o lo válido. Siempre se ha perseguido, humillado y arrinconado al diferente.
Cuando en un colegio hacen ‘bullying’ a algunos niños o niñas, por otros iguales, no hace falta más que analizar qué ven y oyen esos acosadores en su entorno al que contemplan como ejemplo a seguir. Es momento de corregir y reeducar las malas conductas, haciéndoles ver que eso no es lo correcto. La educación empieza en nuestra casa y entorno. No podemos mirar a otro lado, aunque sea lo más cómodo toca alzar la voz y decir que eso no está bien.
Cada uno es como es, y no podemos ni debemos compararle con el resto. Cada persona tiene sus capacidades, rendimiento y limitaciones. Nuestras circunstancias también nos limitan y se trata de ser capaces de hacer todo lo que podemos con nuestras capacidades, siempre con la ayuda necesaria para poder acometer ese trabajo en las condiciones adecuadas.
Lo que debe quedar claro es que tener capacidades diferentes no supone en absoluto tener menos valor, talento o capacidad. Si nos encontramos con alguien que lo piense estará demostrando que la falta de talento está en él/ella por no saber valorar a cada persona por como es.
Consejos para afrontar tu capacidad diferente en el proceso de búsqueda de empleo:
Primero. – Tener capacidades diferentes puede hacer que la empresa se pueda acoger a bonificaciones por contratarte. Existen empresas muy comprometidas con el tema social a pesar de tener un ánimo de lucro. En las empresas deben existir personas diversas en todos los aspectos y eso se demuestra con el ejemplo. ¿A cuántas personas con capacidades diferentes tiene contratada tu empresa?
Segundo. – No tienes obligación de indicar en tu CV el grado de discapacidad que tienes. Es tu decisión cuándo lo cuentas, a quién y cómo. Aunque una vez que te comuniquen que has sido elegido deberías de comunicarlo, para que, en función de tus capacidades diferentes, puedan adaptar tu puesto de trabajo y sean conscientes de esas limitaciones o dificultades que te pueden surgir.
Sea como sea, la mentira nunca es la solución y lo mejor es afrontar la realidad. La empresa que no quiera contar con personas con capacidades diferentes se buscará cualquier excusa para prescindir de ti. Nuestra normativa debería ser cero permisiva a cualquier tipo de discriminación en el ámbito empresarial.
Es fácil juzgar aquello que no vives
Tercero. – Que te cueste más llevar a cabo tu trabajo, no significa que te hagas de menos. Te esfuerzas mucho más que otras personas por hacer lo mismo. Es fácil juzgar aquello que no vives. La empresa y las personas que cuenten contigo te deben valorar tal y como eres, sabiendo aceptarte con todo lo que tienes y aportas, con lo bueno y mejorable que todas las personas tenemos.
Algunas capacidades diferentes son de nacimiento, otras son sobrevenidas por circunstancias de la vida que todos podemos sufrir. Se trata de saber adaptarse a las circunstancias que nos toca vivir, que no siempre son las más óptimas, adecuadas y apetecibles, porque la vida es incertidumbre y cambio en estado puro.
Cuarto. – Potencia y pon el foco en tu formación, capacidades y habilidades, dejando claro en qué puedes ayudar a las empresas que necesitan incorporar a un perfil como el tuyo. Si es factible, adquiere más competencias idiomáticas, tecnológicas o de otro tipo (dependiendo del tipo de capacidades diferentes que uno tenga). Esto puede hacerte sobresalir quedando tus capacidades diferentes como algo más que aportas y que no dice nada de ti.
Se trata de demostrar que te preocupas por tu desarrollo, mejora profesional y adaptación a las necesidades del mercado para poder trabajar en ese rol profesional, al que decides optar para trabajar. Al final, tu profesionalidad es lo que debe hablar de ti y esto se demuestra demostrando que estás preparado para lo que busca cada empresa.
La vida es incertidumbre y cambio en estado puro
Quinto. – Tienes que saber vender tu potencial en tu C.V. y carta de presentación para resultar atractivo y que vean que te ajustas a lo que necesitan las empresas.
Sexto. – Puede venirte bien acudir a algún servicio de orientación laboral para que te ayuden a trazar una estrategia adecuada de búsqueda de empleo. Esto supone encontrar a las personas adecuadas que sepan empatizar contigo.
No podemos negar que las tasas de desempleo entre las personas con diferentes tipos de discapacidad son muy altas y no significa que estas personas tengan menos valor y/o menos ganas de trabajar. La cuestión es que algunas empresas aún tienen mucho estigma a al hora de incorporar personas con discapacidad porque tienen una idea preconcebida y eso hace mucho daño.
Por eso, primero recomiendo asesorarse contactando con alguna entidad, empresa o asociación que trabaja para conseguir establecer qué trabajo puede ser adecuado a personas con capacidades diferentes, para ver qué tipo de tareas y roles puedes ocupar en función de eso y a partir de ahí, establecer una estrategia de selección adaptación e integración de personas con capacidades diferentes en tus empresas.
Con nuestra legislación vigente todas las empresas públicas o privadas que tengan 50 o más trabajadores deben tener al menos al 2% de sus plantillas cubiertas con personas con capacidades diferentes (este grado de discapacidad debe ser igual o superior al 33%). No obstante, se establecen una serie de excepciones para empresas con dificultades para alcanzar esta cuota mediante la contratación directa a través de las cuales podrán cumplir con la Ley General de Discapacidad recurriendo a las llamadas medidas alternativas. La ideal sería potenciar la contratación directa y que las medidas alternativas fuesen la última opción, cosa que no siempre ocurre.
Más sobre nuestra Antena Laboral
Más sobre Juan Martínez de Salinas