Hace no demasiado tiempo, sufrir un despido era visto como una mancha imborrable que se asociaba a la falta de valía, talento o competencias. Esto ha cambiado porque un despido, hoy en día, puede deberse a muchas circunstancias que nada tienen que ver con el talento. Millones de personas con mucho talento fueron, son y serán despedidas.
Una empresa es un ente creado con el fin de generar beneficios a sus dueños y/o accionistas. Algunas empresas pueden crearse sin ánimo de lucro; aun así, quieren cumplir unos objetivos o realizar una determinada labor. En más de una ocasión, una persona entra en una organización y no encaja con el equipo de trabajo, no se siente identificado con los valores corporativos, no se cumplen sus expectativas profesionales tras un largo período de permanencia en la empresa o pueden ocurrir otras muchas circunstancias. Las empresas son entes vivos que evolucionan los 365 días del año. En la mayoría de las ocasiones, los despidos están relacionados con las dificultades que surgen entre las personas que conforman la empresa.
Como muchos, también yo viví un despido en mis propias carnes en el 2009. En plena crisis tuve que reinventarme y demostrarme a mí mismo que era capaz de muchas más cosas de las que hubiera pensado. Me toco resurgir de mis cenizas. Al final salí fortalecido y me demostré a mí mismo que somos más fuertes de lo que pensamos. No obstante, estoy seguro que me tocará reinventarme en más ocasiones. Cada vez se trabaja más por proyectos.
Me gustaría daros unas cuantas recomendaciones respecto al tema de los despidos.
Primero. Tómate tu tiempo para asumir esta nueva circunstancia. No haces nada con darles vueltas y preguntarte ¿Por qué te ha tocado a ti? Es algo que no tiene ya solución y debes sacar tu rabia y frustración lo antes posible para volver a comenzar. Las cosas ocurren por algo. Pasa tu duelo, aunque no puede ser indefinido. Tienes que pasar página para seguir evolucionando.
Segundo. Sufrir un despido es buen momento para replantearse toda la vida profesional, óptimo para analizar qué quieres hacer a partir de ahora. Baraja todas las opciones con la mayor información posible para priorizarlas. Recuerda qué querías hacer en los inicios de tu carrera profesional y si has cumplido tus propósitos vitales. Es en los momentos de ruptura donde podemos poner patas arribas nuestra vida profesional. Te toca establecer nuevas rutinas.
Tercero. Dispones de tiempo y debes ser flexible, sin embargo, no olvides que debes tener claro (o aclararlo lo antes posible) qué quieres hacer y determinar cuáles son tus motivaciones. Es tu vida y a pesar de pedir opiniones, tienes que decidir lo que te apetezca.
Cuarto. No te dejes vencer por tus miedos. Es buen momento para aprender a convivir con ellos y no permitir que nos paralicen como en anteriores ocasiones. Eres capaz de todo lo que te propongas con motivación, trabajo duro, esfuerzo, sacrificio y acción.
Quinto. El haber sido despedido no tiene nada que ver con tu valía o talento. No todo el mundo encaja en todas las organizaciones. Tienes que buscar proyectos y empresas que te llamen y con las que te sientas identificado. Un despido nos hace enfrentarnos a ese reto nuevo. Tengo claro que si la vida no me hubiese puesto en esas situaciones límites muchas cosas que hice a posteriori no las hubiese llevado a cabo.
Sexto. Debes analizar con la mente fría ¿qué es lo que has perdido? y responderte ¿cómo te hacía sentir tu anterior trabajo? Muchas veces vivimos en un día de la marmota constante, esperando los fines de semana para vivir o las vacaciones para desconectar. No podemos malgastar nuestro tiempo. Tenemos que encontrar sentido a nuestra vida profesional.
Séptimo. Debes dedicar tiempo a conocerte más y mirar dentro de ti para ver qué quieres hacer. Céntrate en tus fortalezas; esto supone potenciarlas al máximo y ver a donde te pueden llevar. Esto supone estar seguros de nosotros mismos para transmitir esa seguridad a los demás.
Octavo. No olvidéis que el que no hace nada nunca se equivoca pero, al mismo tiempo, supone quedarse estancado. En esta vida uno debe arrepentirse de lo que no ha intentado pero nunca de lo que intentó con todas sus fuerzas, aunque no saliese como esperaba.
Noveno. Tienes que aprender a estar en proceso formativo continuo. No puedes esperar a moverte debido a una de estas circunstancias no esperadas. El protagonista de tu carrera profesional debes ser tú. Nunca es tarde para nada, aunque el irse preparando nos hace estar al día.
Decimo. Lo que marcará la diferencia será la actitud con la que asumáis un despido. Lo podemos ver como un desastre o como una forma de superarnos a nosotros mismos.
Por supuesto, un despido no es agradable aunque, por desgracia, nadie estamos exentos de poderlos sufrir. Por lo tanto, debes tenerlo como posible opción. En esta vida no podemos tener todo controlado. La incertidumbre llega aunque no la queramos.
Comparte con nosotros tu experiencia con un despido y/o tu visión de como afrontarlo.