“ Bajo esta máscara, otra máscara. Nunca terminaré de quitarme estos rostros.”
Claude Cahun (1894-1954).
La economías feministas de la ruptura o de los cuidados, parten de que el arte nos deja muchos más saberes a la humanidad que los de la bolsa, además relaciona el arte con el cuerpo y el autocuidado, pero de dónde viene este tipo de relación.
El cuerpo de las mujeres pintadas a lo largo de la historia ha sido siempre pasivo y, en los años 70, las mujeres artistas se empezaban a preguntar si existía un territorio artístico suyo. Se planteaba la revisión de ciertos códigos arraigados a la cultura occidental y heteropatriarcal que, desde la aparición de los primeros textos, iban a modificar la propia historia del arte y la producción de las y les artistas.
De esta manera, en los 70 cambian las formas del arte y empiezan a aparecer opciones que retan al sistema y a sus estrategias habituales de representación: nuevas prácticas afectivo-sexuales, políticas, recuperación de la naturaleza a través del concepto de ecodependencia y experimentaciones con formas asociadas a la técnica, pero sobre todo la proliferación de les artes asociadas al cuerpo como sujeto político, son los medios expresivos que caracterizan los 70 en los Estados Unidos e Inglaterra. Son estas mujeres las que preparan el terreno de todo lo que va a ocurrir en los 80 y los 90, un tipo de arte que revisa al sujeto impuesto, la unicidad y originalidad de la obra, todas cuestiones claramente relacionadas con el discurso hegemónico androcéntrico y capitalista.
Si ahora nos centramos en España, la historiografía del arte español ha invisibilizado durante muchos años las obras de contenido feminista. De las corrientes feministas que han marcado la historia del arte español desde 1960, ha destacado el transfeminismo, un movimiento surgido en los últimos diez años que en España tiene sus máximos exponentes en artistas de Barcelona, Valencia, País Vasco, Madrid y Zaragoza. Un momento clave dentro del desarrollo del mismo, fue la redacción del Manifiesto para la Insurrección transfeminista en las Jornadas Feministas Estatales celebradas en Granada (2009) en las que se define el sujeto político transfeminista: El sujeto político del feminismo “mujeres” se nos ha quedado pequeño, es excluyente por sí mismo, se deja fuera a las bolleras, a lxs trans, a las putas, a las del velo, a las que ganan poco y no van a la uni, a las que gritan, a las sin papeles, a la marikas…. Además, el transfeminismo al mismo tiempo que lucha contra el heteropatriarcado, lucha contra el binarismo de género tradicional y contra el capitalismo.
De esta manera, el abandono de las diferentes teorías dualistas (heterosexual/homosexual; blanco/negro; adulto/niña, capacitado/discapacitado, etc) implica un cambio radical en la forma de entender la construcción de las relaciones sociales y de género y una modificación profunda de las formas en que se concibe la transformación social.
Partiendo de las concepciones hasta ahora expuestas, el taller del 17 de junio a las 10:00 horas impartido por MottainaiZGZ (Colectivo de Artistas Textiles) en el Grupo Residente de ThinkZAC las Armas, pretende deconstruir las máscaras que el cisheteropatriarcado y el capitalismo quiere imponernos, para encarnarnos a través de nuevas corporalidades en una concepción transfeminista e interseccional del mundo.
Finalmente, en el presente taller, no solo importa la documentación generada (máscaras a partir de materiales reciclados y sostenibles), sino la información compartida. De este modo, el taller supone un generador político exponencial de redes de cuidados y conocimiento, además de un dispositivo para la proliferación de nuevas identidades.