La Carrera del Gancho 2019: Experiencia Pignatelli
La segunda acción del curso que realizamos con Ideas en Construcción fue de la mano de un proyecto más que reconocido que lleva activando la vida cultural y participativa del Gancho desde 2004. Se trata de la Carrera del Gancho, en el que participan distintos colectivos del barrio. Una iniciativa promovida por la Fundación Federico Ozanam y el Plan Integral del Casco Histórico.
Este año se decidió apostar por un formato diferente que se ha llamado ‘Experiencia Pignatelli’. En esta caso ha habido un espacio central donde, de octubre a diciembre, se han llevado a cabo actividades participativas vinculadas al arte, a la participación y a la creatividad. Este lugar y en honor al mítico bar se ha recibido el nombre de ‘El Pajarcico’.
Nos unimos a la iniciativa de realizar actividades dirigidas a la comunidad con una serie de talleres para todos los públicos. En este caso buscaban crear personajes a los que llamamos ‘seres del cambio’, basados en los seres fantásticos de la cultura mexicana conocidos como alebrijes.
La idea planteada buscaba construir estos seres de manera participativa y en talleres abiertos con las vecinas y los vecinos del barrio del Gancho. Después, pasarían a habitar los balcones cercanos a la calle Pignatelli.
Las sesiones que tuvieron lugar en ‘El Pajarcico’ dieron pie a poner toda la imaginación a trabajar para inventar estos personajes. A través de la técnica del collage, las y los participantes mezclaron partes de distintos animales para crear alebrijes únicos para el barrio. Les pusieron nombre y les dieron un pasado vinculándoles a una historia que ellas y ellos mismos se inventaron.
Estas creaciones en collage fueron el punto de partida para la creación de los personales en “carne y hueso”. Más bien en “basura y deshechos”, pues les dimos vida con materiales recuperados.
El resto de las sesiones, entre risas y fortaliecimiento de lazos fuimos mezclando materiales y habilidades hasta crear estos seres del cambio.
El resultado: 6 alebrijes de colores
¿El resultado? Se realizaron de manera colectiva 6 alebrijes, de distintos colores, tamaños, formas y texturas. La última parte de los talleres consistió en darles un hogar en balcones de vecinas y vecinos del barrio. Y allí siguen, dando vida y alegría a las calles del Gancho.
Esta actividad formó parte de un conjunto de experiencias que trataban de acercarse al vecindario a través de la creatividad pero sobretodo tratando de despertar la curiosidad por el espacio de ‘El Pajarcico’ y por lo que allí ocurría, de una manera acogedora y no invasiva.
A los talleres de alebrijes vinieron personas grandes y pequeñas, de distintas nacionalidades, etnias y condiciones donde todas participaron de una misma cosa que por un lado era por entero para el barrio, pero que por otro lado les procuró disfrute, realización y orgullo de pertenencia a un lugar, el Gancho del cual forman parte y al que han ayudado a vestir bonito con sus propias manos y creatividad, pensando y construyendo estos seres tan particulares.