Vivimos en una sociedad hiperconectada que demanda resultados inmediatos. Pero, ¿te has preguntado alguna vez qué opciones tienes? Porque esta impaciencia se la asignamos sobre todo a la generación Z. ¿Es justo? Me temo que no. Puedo afirmar sin equivocarme que este tipo de actitud está presente en las cinco generaciones que ya tenemos en el mercado laboral. Todos queremos resultados inmediatos y milagrosos, que no requieren esfuerzo alguno por nuestra parte.

Todo para ya

La gente tira la toalla a la mínima de cambio, en ocasiones nada más comenzar algo nuevo o que requiere esfuerzo y dedicación. La vida es un reto y una complicación constante a la que debemos buscarle alternativas y soluciones, vivimos en la era de la frustración. No podemos pretender ser especialistas o dominar una temática nada más comenzar; eso no ha pasado, ni pasa, ni pasará nunca. Tenemos que darle a cada cosa el tiempo necesario para que los resultados vayan llegando.

En ocasiones esta falta de paciencia y esfuerzo la solucionamos con exigir cada vez menos en los entornos profesionales y educativos. No se puede bajar más el listón, se tienen que llegar a unos mínimos de calidad, eficacia y efectividad. De lo contrario, damos por excelente la mediocridad de muchas personas. Esta exigencia va en beneficio del aprendizaje, de la productividad y de la profesionalidad. Tenemos que recordar que si queremos conseguir algo nos costará invertir tiempo y esfuerzo. No podemos pretender que nos regalen las cosas, eso no es satisfactorio para nadie.

¿Qué opciones hay?

No os penséis que la vida solo es dura para vosotros. La vida son etapas, es decir, unas son maravillosas y estupendas, aunque otras son horribles y traumáticas; transitáremos por todas ellas. La clave es tener claro que todo llega y todo pasa; poniendo nuestra mejor sonrisa a todo lo que nos depare la vida, aunque lo que menos nos apetezca sea aceptar ese aprendizaje.

Creo que tampoco me equivoco al afirmar que jamás vas a conseguir lo que quieres o necesitas a la primera, (a no ser que estés en una película) … En ocasiones, te tocará seguir intentándolo y eso que tanto esperas llegará cuando tenga que llegar.

Os voy a dar unas claves para ser capaces de seguir adelante, aunque pueda ser que no tengais ganas.

Unas claves

Primero. – El éxito llega a las personas que lo han intentado, lo intentan y lo siguen intentando a pesar de los fracasos y las decepciones. No existen fórmulas mágicas, se trata de probar cosas diferentes y analizar cuáles son más efectivas para seguir avanzando por lograr nuestras metas profesionales. Nos toca insistir y persistir si aún tenemos ganas. Aunque también tenemos que aprender de esos fracasos para no seguir cometiendo errores que no ayudan a alcanzar nuestras metas.

Segundo. – En esta vida nos da emoción tener siempre metas, objetivos y retos que le den sentido a nuestra vida. Mucha gente solamente transita por la vida sin nada que le haga palpitar ni vibrar. Vivir en el “aquí y ahora” es urgente y necesario. Pueden ser retos vitales, educativos o profesionales, aunque en ocasiones no los podamos materializar cuando queramos. La clave es disfrutar de todo el proceso y no solo del resultado final.

“La clave es disfrutar de todo el proceso y no solo del resultado final”

Tercero. – No es necesario poseer un talento excepcional para alcanzar lo que nos proponemos. Muchas personas consiguen grandes hitos y retos en su vida por su tesón y constancia porque tenían claro lo que querían alcanzar. El triunfo siempre está a la vuelta de la última decepción. Se trata de seguir probando cosas y al final daremos con una que funcione.

Cuarto. – La vida no es justa y en muchas ocasiones gente cercana a nosotros no creerá en nuestras posibilidades y debemos aceptarlo, aunque nos duela. Pero eso no te afecta a ti. Tú mismo siempre debes creer en ti y en tus posibilidades porque eres la persona que siempre te acompañará. Si tú no crees en tus opciones, nadie más lo hará y será algo que transmitas.

Quinto. – Que nos digan que “no” para nada significa que no valgamos, sino que es una prueba que nos permite identificar aquello por lo que estamos dispuestos a seguir luchando por nuestro sueño o meta. Esa respuesta tan solo es la opinión de una persona, sin embargo, quedan muchas puertas a las que llamar. Además, debemos recordar que para conseguir un “sí” tendremos que recibir muchas negativas, muchos “ya veremos” o simplemente “no es el momento”. Tenemos que ser fuertes y valientes. Personas con ideas brillantes tardaron años en conseguir triunfar hasta dar con las personas preparadas para saber valorar esa gran idea y darles la oportunidad.

Sexto. – Hacer un buen trabajo y esforzarte no garantiza tener éxito, esto lo tenemos que tener claro para no frustrarnos; en la mayoría de las ocasiones competimos contra nosotros mismos y no contra los demás. Recordad que no sois solamente vosotros los que se llevan decepciones. Por lo general, no es algo de lo que el resto se sienta orgulloso y no suelen hablar de ello. Solo nos fijamos en el éxito de los demás, pero no solemos pararnos a ver el sacrificio que llevan a sus espaldas para conseguirlo.

Séptimo. – Regodearse en la queja y en la dificultad no nos aporta nada positivo, sino que hace que nos hundamos más en el pozo y nos pongamos con actitud destructiva contra el mundo y nosotros mismos. Intentarlo no garantiza que lo consigamos, sin embargo, esas acciones nos pueden llevar a otros resultados diferentes, que nos hagan avanzar.

Octavo. – Si lo vas a intentar hazlo totalmente convencido y estando dispuesto a darlo todo por intentar llegar al mejor resultado posible. Va bien que visualices el éxito deseado para recordarlo en los momentos de dificultad y en los que tengas ganas de tirar la toalla.

Para reflexionar

Algunas personas viven en el pasado, es decir, pensando en por qué les ha ocurrido eso a ellos. Otras residen en el futuro, es decir, se ponen en lo peor, cuando muchas de esas cosas catastróficas solo ocurrirán en su cabeza. Un amigo mío siempre dice, debemos preocuparnos de los problemas cuando lleguen y, mientras tanto, vivir al máximo el presente, y, sobre todo, disfrutarlo. Lo mejor es centrarse en el presente porque el pasado no se puede cambiar y el futuro no lo podemos saber.

La vida supone caminar y seguir adelante, aunque no tengamos ganas. Tenemos que confiar y dejarnos llevar. No podemos rendirnos nunca y tenemos que seguir avanzando a nuestro ritmo, aunque quizás sea más lento de lo que nos gustaría. Para conseguir resultados diferentes nos toca hacer otro tipo de cosas que nunca hemos hecho. La clave es atreverse con otras cosas para ver adónde nos llevan.

Ahora mírate a ti y el camino por el que vas. ¿Estás enfocado? ¿Tienes claras tus metas? O… ¿tiendes a vivir entre excusas y problemas? Si es así, sal de ahí de inmediato y organiza tus tareas y acciones para salir de ese pozo y redirigir tu vida.

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Un artículo de Juan Martínez de Salinas

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