Todavía estamos imbuidos por la magia de la Navidad y de la llegada del nuevo año. A estas alturas, ¿quién no ha perfilado una lista de propósitos vitales, profesionales o personales? ¿Qué pasa con esos objetivos? Esas buenas intenciones las podemos tener por escrito o en mente, lo único es que tenemos que llevarlas a cabo.

Sin embargo, suele ocurrir el efecto gaseosa. El nuevo año nos trae una explosión de intenciones que, pasados unos días, ya han quedado olvidadas… ¿El problema? Queremos que las cosas cambien sin hacer esfuerzos ni transformaciones en nuestras rutinas y hábitos.

Cuidado con el efecto gaseosa

En estas fechas todos hemos comido como si no hubiese un mañana, parece que solo se come en Navidad, nos pegamos dos semanas comiendo, sin filtro. Seguro que el objetivo más pensado para este mes de enero ha sido perder esos kilos de más. De hecho, creo que será tendencia mundial.

Realmente, jamás vas adelgazar si sigues comiendo comida basura, no haces nada de ejercicio y sigues con un ritmo vital sedentario. Si no haces más que picar entre horas y el único ejercicio que haces son pesas con el mando de la tele, puedes estar apuntado al gimnasio, pero no solo debes la matricula. No se trata de estar con más o menos kilos, sino de llevar una vida saludable y, por ende ,tener satisfacción con nosotros mismos. Luego lo más importante es que te plantees ¿realmente quieres y necesitas adelgazar?

A por esos objetivos

En mi caso, mi genética familiar hace que sea tendente a coger unos kilitos, aunque también me gusta comer, no lo voy a negar. He alternado épocas en las que estaba bien de peso y otras con cierto exceso de kilos. Perdía peso comiendo de forma súper saludable y me quitaba de golpe los alimentos que sabemos que de forma habitual nos hacen incrementar peso.

Después de perder, volvía a los hábitos de antes y también regresaban esos kilos de más. El año pasado me decidí a cambiar de forma definitiva mis hábitos y mantenerme en el peso ideal, porque así me siento mejor. Lo conseguí y no han regresado los kilos. Como de todo, aunque llevo unos hábitos alimenticios más saludables, es decir, no picar, cenar poco, combinar los alimentos, hacer ejercicio, etc. Por supuesto, ese kilito extra por Navidad ha llegado, pero no me obsesiona. Aunque esta ya es otra historia.

Me da igual cuales sean vuestros propósitos para este 2023, quizás os vaya bien marcaros menos objetivos para no caer en el desánimo inmediato. Desde mi opinión te recomiendo que cojas dos (o a lo sumo tres) propósitos vitales o profesionales para este año 2023 y te pongas a trabajar en ellos.

Unos consejos…

Mis recomendaciones para que de una vez consigas alcanzar esos propósitos que año tras año se te escapan. Aquí os las dejo:

Primero. – Tiene que ser un propósito que te motive y que realmente lo quieras alcanzar. Me da igual que sea el propósito de moda en España. Lo importante es plantearte estas cuestiones: ¿es realmente lo que quieres conseguir? ¿Asumes los esfuerzos que tendrás que hacer para conseguirlo? ¿Para qué quieres alcanzar ese propósito? Es muy triste engañarnos a nosotros mismos. Todo es muy difícil, aunque nada es imposible. Busca tus razones y olvídate de tus excusas para alcanzar lo que necesitas.

Segundo. – Desglosa las acciones concretas que tendrás que realizar de forma permanente o habitual para que te ayuden a estar cerca de lograr ese propósito. Los objetivos se logran por la suma de acciones. Si te has planteado correr una maratón, aprobar una oposición, cambiar de trabajo, lograr un ascenso, desarrollar una app educativa, etc.… tendrás que apuntar las acciones y pasos que tienes que hacer realmente para tener opciones de materializar ese objetivo. Igualmente, tendrás que asumir que, en ocasiones, realizar esas acciones y trabajar duramente nos hará no alcanzarlo y nos tocará seguir insistiendo. No siempre dependerá de nosotros.

Tercero. – Aprende del ejemplo y fíjate en qué acciones te ayudan para estar más cerca de cumplir ese objetivo y cuales no. Cuidado con obcecarse con seguir haciendo lo mismo de siempre, porque nos suele alejar de nuestro objetivo. Se trata de ser capaz y tener objetividad para saber decidir qué nos conviene, qué debemos dejar de hacer y qué acciones nuevas toca incorporar para sopesar los cambios y tomar decisiones.

Cuarto. – Es necesario que visualices en tu mente conseguir ese logro y recrearte en ello. Márcatelo y siente cómo te sentirás una vez que lo consigas, algo que te ayudará a seguir remando para alcanzarlo. Esto ayuda a no decaer en los momentos de desilusión, frustración y debilidad, que siempre van a surgir, aunque puedas estar haciendo un gran trabajo y esfuerzo. Aquello que no somos capaces de ver en nosotros mismos, no suele materializarse.

Quinto. – No pasa nada por cambiar de opinión y por decidir desechar un propósito y/o tomarte un descanso en el camino por conseguirlo. Uno también tiene que saber parar y estar bien con uno mismo. La vida no es blanca o negra, tenemos que ser condescendientes con nosotros mismos y dejar de tratarnos con rudeza y dureza. Siempre nos vamos a tener a nosotros mismos y debemos creer en nuestras posibilidades, aunque eso suponga ser amables con nosotros mismos, sin olvidar, eso sí, esa pizca de autocrítica para avanzar.

Sexto. – Rodéate de personas que han alcanzado esos objetivos, logros o metas que tu anhelas o persigues; esto te hará estar en ese entorno y aprender muchas cosas de esas personas. Te hace estar en el mismo “Flow” de esa gente, que te permitirá avanzar con más solidez, en un entorno propicio, haciendo que esas personas te sirvan de inspiración e impulso, asumiendo que te tocará esforzarte más.

No ocurre nada si no tienes propositivos vitales tajantes y decides dejarte llevar, para ver qué te van trayendo este año 2023 y la vida. A veces, planificar menos y vivir más, hace que las cosas lleguen cuando tienen que llegar.

Va bien tener objetivos y propósitos, aunque sin obsesionarnos. Tenemos que seguir viviendo, sin olvidar nuestro foco o prioridad. Recuerda que todo a la vez no se puede alcanzar ni conseguir. Como afirma el dicho, “el que mucho abarca, poco aprieta”. Es momento de priorizar tu vida y tus objetivos. El tiempo es limitado y muchas veces no por ir más cargados conseguimos más cosas. Más calidad y menos cantidad, suele ser un buen consejo. También debes asumir que un propósito y objetivo requieren invertir y dedicar tiempo; no puedes pretender alcanzar la gloria a los dos días de comenzar. La vida es esfuerzo y sacrificio. No hacemos nada con comenzar muchas cosas sino no somos capaces de acabar o materializar ninguna de ellas.

Por lo tanto, cuidado con venirte arriba con la llegada de este 2023 y crecerte en exceso. Está bien ponerse objetivos; lo complicado es llevarlos a cabo. No existe nada más gratificante que ver una idea tuya u objetivo convertida en algo real.

Plantéate por qué motivo no alcanzas ninguno de los propositivos que te pones en el horizonte.

Más de Antena Laboral aquí.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *