Escritor, realizador multimedia, agitador cultural y estudioso brasileño de las dinámicas culturales contemporáneas. Estos son algunos de los galones que cuelgan de las solapas de Rodrigo Savazoni, además de ser el Director Ejecutivo del Instituto Procomum, organización dedicada a la promoción de los bienes comunes, de la cultura libre y de la innovación ciudadana.
El pasado 10 de marzo vino a La Colaboradora para tomarse un #CaféCO con nosotros y a presentarnos su nuevo libro: “Los nuevos bárbaros. La aventura política de Fora do Eixo”… pero nosotros queríamos “exprimirle” un poco más. Después del café le robamos unos minutos para hacerle una entrevista profunda y descubrir cuál era su visión con respecto a la colaboración como vector de innovación social y los nuevos retos que se divisan en el futuro de la neutralidad de Internet.
Aquí os dejamos un vídeo-resumen con lo más destacado de la entrevista, pero podéis leer todo lo que dijo en la transcripción completa más abajo 😉
Entrevista a Rodrigo Savazoni (Instituto Procomum, Brasil)
Zaragoza Activa (ZAC): Dicen que eres escritor, realizador multimedia, agitador cultural… ¿Pero quién es Rodrigo Savazoni y qué punto en común “define” todo lo que haces?
Rodrigo Savazoni (RS): Estos años he desarrollado muchos proyectos de cultura libre, con la construcción de muchas cosas diferentes en distintos espacios. Desde la sociedad civil, desde los mercados, en el área privada o en el poder público… al final lo que conecta todo mi trabajo es la idea de generar espacios de colaboración, procesos de colaboración, construcciones colaborativas. Definiría mi trabajo hoy como la construcción de posibilidades para el común, para que la colaboración sea una alternativa real para la vida de las personas.
ZAC: En tu nuevo libro “Los nuevos bárbaros. La aventura política de Fora do Eixo” hablas de gestión cultural, pero entendiendo su producción y circulación desde la solidaridad y el conocimiento compartido. En La Colaboradora esta idea se hace patente, con el desarrollo de proyectos y/o empresas desde el intercambio de conocimiento… y hay muchos más ejemplos de este tipo de proyectos basados en el P2P a lo largo y ancho de todo el mundo. ¿Podemos decir que hay un cambio de modelo de pensamiento hacia la colaboración o todo está motivado por la situación de crisis global?
RS: La colaboración es una palabra clave para que nosotros podamos salir de un modelo de producción y de relación que sabemos que está agotado. Tenemos que caminar hacia un nuevo abordaje, porque lo que se presenta para nosotros en este nuevo siglo es que encontremos caminos para mantener la raza humana sobre el planeta. Llegamos a un punto en que las cuestiones del cambio climático, de los refugiados o la crisis de la democracia nos comprometen a cambiar las cosas de una manera más radical… y además que lo hagamos eso juntos, que no sea una salida individual y que comprendamos que lo mejor que tiene el ser humano es conectarse entre personas que quieren hacer el bien común. Volver a trabajar juntos en busca de soluciones.
¿Eso va a generar un nuevo modelo de negocio que puede también mejorar la economía? Pues muy bien. ¿Eso puede generar una nueva perspectiva de la sociedad civil desde la colaboración? Muy bien… pero la colaboración debe ser un camino donde debemos invitar más gente. Debe ser un proceso, un movimiento, que genere una red internacional que esté en búsqueda de estos caminos. Tenemos que visibilizar más y conectarnos más, escuchar más y también hablar más sobre esto en muchos espacios. Cuando conocí el proyecto de La Colaboradora ganó el Eurocities se demostró que estamos en el camino acertado.
Ahora la gente que tiene más poder también esta mirando hacia este camino. La gente ya siente que tenemos mucha necesidad de cambiar nuestros modelos. La colaboración es más que una opción de moda, es un camino de vida.
ZAC: ¿Cómo ha influido la nueva cultura digital y la explosión de Internet para el desarrollo de nuevas formas de participación?
RS: Internet fue creada con total “generosidad”: los protocolos iniciales fueron un sueño de conexión global de una forma distribuida. Obviamente esto viene con una carga política y una proposición política muy fuerte: crea un procomún, la posibilidad de conexión entre personas. Yo vengo de ese mundo y solo conozco este mundo donde esta posibilidad existe, no conozco un mundo que aparta sino que ofrece la posibilidad de conexión (salvando el problema de la brecha digital) a un gran espacio común, mundial. Es un sueño internacionalista para todos aquellos que creemos que somos una única humanidad, que tenemos que trabajar en nuestra diversidad y seguir juntos con nuestras diferencias.
Todo esto generó una cultura nueva que tiene como base la colaboración, y por eso todo lo que hago y creo tiene conexión con esa matriz. Si Internet es así (abierto, libre), ¿por qué nuestras ciudades no pueden serlo? ¿Por qué no trabajamos nuestras concepciones de comunicación de otra manera? ¿Por qué si es todo nuestro, nosotros no podemos compartir? ¿No podemos trabajar desde una perspectiva común? Este es el movimiento en el que nos encontramos. Expandirnos y llegar a más espacios.
ZAC: En una entrevista anterior que te hicieron en la Universidad Complutense de Madrid afirmas que Internet es “la red de control más avanzada que jamás haya existido”… y sin embargo, podemos decir que las sociedades desarrolladas occidentales han convertido en necesidad el acceso a la información que nos provee Internet. En un mundo cada vez más mediado por las comunicaciones online, ¿estamos cada vez más controlados? ¿Es posible la contestación, el desarrollo de modelos alternativos?
RS: Hay un pequeño artículo de Deleuze que habla sobre la Sociedad del Control. Es un cambio que realiza sobre la base teórica de Foucault, y lo que viene a decir es que la sociedad actual ya no es una Sociedad disciplinar como en el siglo XIX o XX… Las redes de control son redes que se generan bajo la idea de libertad. Y esa es la contradicción: uno puede estar absolutamente controlado, pero sintiéndose totalmente libre, y esto es la característica filosófica de estos tiempos. Podemos sentirnos libres en nuestro Facebook, pero no dejamos de estar en un shopping center de datos que no sabemos a dónde van…
Al mismo tiempo, este mundo “complejo” en el que vivimos es una continua modulación. Gracias a Internet evidentemente se genera un control desde las élites, pero también hay una mayor capacidad de descontrol. Por ejemplo, los Indignados en España, la Primavera Árabe o los Junios de Brasil no habrían sido posible de no tener esta capacidad de conexión.
En mi opinión, lo que tenemos que hacer es garantizar en todo momento la posibilidad de realizar nuestras conexiones virtuales desde el anonimato y la descentralización y redistribución de Internet. No podemos aceptar que no se puede cambiar el “rapto” de la distribución que han hecho las grandes infraestructuras virtuales como Google, Facebook, etc.
En los próximos años las nuevas aplicaciones deberían impulsar una “vuelta atrás”… un retorno a los orígenes distribuidos de Internet. Crear una nueva ética basada en la máxima de garantizar el anonimato de la sociedad civil y la total transparencia de las corporaciones. Lo que pasa hoy es lo contrario: una total transparencia de las personas y un anonimato de las corporaciones.
ZAC: ¿Qué es lo que más te ha gustado de tu paso por Zaragoza?
RS: Cuando conocí esta ciudad salí con la sensación de que tenemos una posible cooperación, entre Santos y Zaragoza. Para mí es un sueño generar esa cooperación de manera continuada. ¿Por qué? Porque ambas ciudades que están muy cerca de centros y capitales y tienen mucha creatividad, porque la gente aún se encuentra en las calles y dispone de espacios públicos.
Creo que Zaragoza es una ciudad hermana de Santos y mi sueño es generar ese puente entre las dos ciudades, para que colaboremos en nuestra propia evolución y trabajemos juntos hacia el futuro de nuestros espacios desde Europa y Brasil. Trazar un camino hacia un futuro conjunto entre nuestras ciudades…. y ya empezamos a hacer muchas cosas juntas y hemos iniciado un intercambio.
Venir a Zaragoza y pasar unos días es increíble. Es una ciudad que está en un momento, de verdad, muy especial.
Zaragoza Activa
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