Aunque nos digan que no, la imagen que mostramos con nuestra forma de vestir influye en la percepción que las demás personas tienen de nosotros. Sobre todo cuando no nos conocen de nada.

¿Superficialidad? Es el momento en el que me confiesas que tú no juzgas a los demás por eso. Eso no te lo crees ni tú. Todos juzgamos a los demás a los pocos segundos de conocer a alguien, para bien o para mal. Tenemos que ser conscientes de ello para no dejar que esas opiniones subjetivas y sesgos nos hagan tener una percepción errónea. ¿Cómo? Fijándonos en cosas que poco nos dicen sobre la realidad objetiva de una persona.

Sí, importa

Tenemos que asumir que la imagen que proyectamos nada tiene que ver con nuestra profesionalidad, valor, y valía como profesionales. Puedes tener una imagen profesional estupenda y ser un mal profesional. Al final, se trata de demostrar la apariencia que aparentamos. Debe existir coherencia entre lo que aparentamos y lo que somos realmente. Nuestra imagen debe estar en consonancia con nuestras acciones y hechos.

También es cierto que cuando ya conoces a una persona y eres consciente de su valor profesional, le das menos importancia a su imagen personal y a su manera de vestir. Si no tienes referencias objetivas sobre el valor profesional y lo que puede aportar una persona de forma real, le das mucho más peso a su imagen y vestimenta, es decir, que te influirá mucho más.

Nuestra imagen no tiene que llamar la atención y debe pasar desapercibida; lo que debe dejar huella es lo que somos capaces de hacer, resolver o ejecutar como profesionales en una organización.

Profesional, aunque informal

En la actualidad la imagen corporativa se ha flexibilizado mucho. En el ámbito laboral se sigue vistiendo de forma profesional, aunque informal. Ya no se lleva lo de traje riguroso y corbata en los hombres (salvo en algunos sectores) y las mujeres siempre han tenido mayores opciones de vestimenta. Recuerdo hace años cuando trabajé en la banca. Se exigía esa vestimenta rigurosa, y tocaba llevar traje, corbata, camisa de manga larga y zapatos los 365 días del año. En épocas de calor (a pesar del aire acondicionado) se hacía cuesta arriba. Ahora, incluso en ese sector se ha flexibilizado mucho en la vestimenta, manteniendo la formalidad, eso sí, ya se ven pocas corbatas, aunque tampoco verás mucha gente en vaqueros trabajando en un banco.

Se trata de usar el sentido común a la hora de elegir tu vestimenta y de plantearte la siguiente cuestión: ¿qué percepción quieres que se lleven de ti los demás? Al final, cada cual podemos vestir como queramos, sin embargo, nuestra imagen deja una percepción que, si no es positiva, nos puede cerrar esa puerta. No tiene ningún sentido ir a una entrevista para mecánico en traje ni tampoco a una de administrativo o técnico de marketing en chándal. Depende mucho de contexto en el que nos movamos, no es la mismo la vestimenta para una reunión con amigos, que para visitar a tu madre, que para una cena del trabajo, etc.

Consejos para vestir en el mundo laboral

Aquí os dejo algunas recomendaciones de cara a elegir vestimenta en el ámbito profesional y en el entorno de trabajo:

Primero. – Investiga el entorno de la empresa, su sector profesional, el historial y si tiene código de vestimenta, etc. Se trata de no llamar la atención para pasar lo más desapercibido posible. Uno tiene que saber dónde va para intentar encajar.

Segundo. – Está muy bien que tú tengas un estilo de vestir, no obstante, tenemos que saber diferenciar y usar el sentido común. No tiene ningún sentido ir a trabajar vestido igual que un sábado de fiesta, aunque todo depende de la flexibilidad existente en la organización, del buen ambiente existente y de otros factores a tener en cuenta. Una cosa es como vistas en tu casa y otra muy diferente como te vistes para ir al trabajo. El que la vestimenta se haya flexibilizado no debe hacernos olvidar que hay que cumplir unos mínimos. Cuando uno teletrabaja suele ser habitual que, para reuniones, uno se arregle más de cintura para arriba -que es lo que se ve- y de cintura para abajo lleve algo más cómodo, aunque cuidado con levantarte y no tenerlo previsto, porque te puede jugar una mala pasada.

Tercero. – Está claro que tenemos que ser nosotros mismos, lo único es que en ocasiones nos toca contenernos en nuestra forma de vestir. Va bien tener un perfil bajo en la vestimenta a llevar, sobre todo hasta que uno conozca cómo funciona todo en esa organización. Eso nos permite ver al resto de gente, conocer la política al respecto -aunque cada vez son menos las que tienen política sobre esto- y también ir permitiendo que nos conozcan un poco.

Cuarto. – La primera imagen es la que manda, así que, si no conoces a los demás o al entorno al que vas, investígalo un poco. Imagínate que te toca dar una charla para alumnos de secundaria de un centro donde no llevan uniforme; ir con traje te hará establecer ya una barrera con ellos. Puede ser mejor vestir de forma más informal para romper el hielo, aunque todo depende de tu estrategia y de la imagen que quieres dejar en los demás. También es cierto que si estás seguro de tu profesionalidad, valor, valía y carisma, esto al final sobresale y llega, con independencia de la imagen que tengas. Hace años si nos llegan a decir que estaría de moda llevar traje o pantalón y camisa de vestir con zapatillas deportivas, hubiésemos dicho que ni locos y ahora esta súper estandarizado en todos los entornos formales e informales.

Quinto. – Lo que nos queda es la persona con independencia de la ropa que lleve; Algunas personas, se pongan lo que se pongan, siempre aciertan, porque su personalidad arrasa allí donde vayan. Lo que no tiene sentido es llevar ropa fuera de tono. Recuerdo hace años que en un proceso de selección en una empresa en la que trabajaba llegó una persona a la que había citado para una entrevista con unas bermudas y una camiseta con este mensaje: por delante ponía “vete” y por detrás “a la mierda”.

Es cierto que el sector tecnológico suele ser muy alternativo en el “dress code” (vestimenta). Tecnológicamente, era una persona muy buena y, al final, acabó siendo elegida. Por mi parte, quizás la vestimenta me dio más igual, sin embargo, otras personas lo hubiesen dejado fuera, solo por ese detalle que dependía de él. Ese tipo de actitudes me parecen muy arriesgadas y suelen salir mal; no llames la atención por lo que no tienes que hacerlo.

Saber elegir, una de las claves

Sexto. – Debes elegir una ropa cómoda para el trabajo que te toque desempeñar y para las inclemencias del tiempo, tanto por calor como por frío. En ocasiones llevamos ropa muy chula, elegante y que da muy buena imagen, aunque luego nos impide desempeñarlo de forma cómoda. Imagínate que tienes que patear la ciudad porque trabajas de comercial; igual ir con tacones no ayude demasiado y te deje los pies destrozados.

Séptimo. – Debes cuidar tu aseo personal e imagen, porque todo dice cosas de nosotros. En ocasiones, algunas personas tienen una higiene que no es la adecuada y genera problemas de convivencia con los demás. Dar una imagen fresca y cuidada siempre está de moda y ayuda.

Está claro que tu profesionalidad no tiene nada que ver con tu imagen. Es necesario encontrar un equilibrio entre ambas porque todas las personas tendemos a juzgar a los demás por lo que vemos y más cuando no los conocemos de nada. Habrá que intentar dejar una buena huella. Y como es normal, es preferible pasarse que no llegar. Cuando tengas más relación quizás puedas bajar la guardia y dar menos importancia a tu imagen personal.

La imagen personal es importante y dice muchas cosas de nosotros, para bien y para mal. Tenemos que cuidarnos y hacer todo lo posible por estar bien con nosotros mismos, es decir, que nos guste nuestro aspecto y estemos contentos con él mismo. Está claro que gustarle a todo el mundo es imposible, sin embargo, tenemos que intentar dar una imagen profesional y seria para el foro al que nos toca acudir.

¿Qué experiencias tenéis en este ámbito? Para una entrevista… ¿os ponéis la misma ropa que cuando salís con los amigos el sábado noche? ¿Lo mismo que para bajar a comprar? Contadnos lo que hacéis y/o pensáis del tema.

Más de Antena Laboral

Sobre el autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *