Hace unos cuantos años, la carta de presentación era algo habitual y muy utilizado en la búsqueda de oportunidades de empleo. Era el documento imprescindible de acompañamiento al Curriculum, una pareja de baile ideal a la que todas las personas recurrían para conseguir esa simbiosis necesaria en la búsqueda de empleo.

Recuerdo que, tras acabar mi grado universitario, en mis primeras candidaturas a ofertas de empleo pedían una carta de presentación manuscrita de tu puño y letra para poder apreciar tus rasgos de personalidad a través de la grafología. Ahora este tipo de cartas no se solicitan ya para reclutar al personal.

La carta de presentación ya no se acompaña de forma adjunta con el CV, sino que pasa a ser el texto del email en el que se remite Sí, es recomendable adjuntar esa carta de presentación cuando te apuntas a una oferta de empleo de un portal de empleo o a través de la web corporativa de la empresa.

Así que si haces una carta de presentación, hazla bien y diferenciadora. Si vas a copiar un modelo genérico de carta que no aporta nada sobre ti, es preferible no usarla. Pero recomiendo trabajarla en condiciones y mandarla. Ésta no debe ser una repetición de la información que ya incluye tu perfil profesional, sino que debe aportar información valiosa y complementaria, que refuerce tu candidatura y que genere interés por conocerte en persona.

Por supuesto, es fundamental dedicar tiempo a crear una carta de presentación adecuada a cada empresa y oferta a la que optas. Requiere una inversión de tiempo que no siempre será valorada, aunque muchas empresas las guardan y las tienen en cuenta.

Os quiero dar mis recomendaciones sobre lo que debe incluir una buena carta de presentación, por supuesto; siendo siempre flexibles.

Primero. Tu carta de presentación requiere que seas autentico, es decir, que seas tú mismo. También es necesario que responda a la pregunta “¿Quién eres?, que no tiene nada que con ver con lo qué sabes hacer. Esto está directamente relacionado con tu propósito profesional y vital, es decir, por qué te dedicas a esa actividad profesional y no a otra. Es algo más transcendental que decir que es tu modo de ganarte la vida. ¿Qué quieres mejorar siendo la persona que eres? Es una pregunta que requiere conocerte muy bien y escucharte de forma constante. En ocasiones prestamos atención a cualquiera antes que a nosotros mismos.

Segundo. Tienes que buscar una razón objetiva que aclare por qué motivo quieres trabajar en esa empresa. No puedes decir que lo que quieres es trabajar y que te da igual una empresa que otra. Debes tener claros unos mínimos respecto al tipo de organización que buscas para trabajar. Por eso, va bien indagar en la historia, actividad y evolución de cada empresa, para conocerla más en profundidad y percibir su filosofía y valores. Aunque, obviamente, la empresa real la conocerás realmente si empiezas a trabajar ahí.

Tercero. Tienes que dejar claro el tipo de empleo que buscas y por qué estás preparado y capacitado para trabajar en ese rol. Si optas a una oferta de empleo específica, menciona la referencia concreta de esa vacante. Tenemos que facilitar la labor de la empresa y de las personas que se dedican a recursos humanos. Si tienen que adivinar en qué puesto quieres trabajar, no siempre pueden dedicar mucho tiempo a cada perfil profesional que reciben. Las cosas “mascaditas” no se pierden.

Cuarto. Debes saber explicar de forma clara tus logros profesionales, que ayuden a tu candidatura para el puesto que quieres ocupar. Es necesario que, aparte del logro concreto, especifiques y destaques el valor cuantificable de nuestras acciones en esos logros que has alcanzado. También es necesario reflejar cómo habéis conseguido ese logro. Eso sí, no se trata de escribir El Quijote. Es fundamental sintetizar.

Quinto. Explica tus principales competencias transversales. También es recomendable dejar alguna pista de cómo las utilizas a nivel profesional. Refuerza aquellas que pases por alto en tu currículum. Es una herramienta complementaria que debe aportar información extra de la manera lo más concreta posible.

Sexta. Tendrás que investigar algo la empresa para poder hacer tu exposición de tal forma que sea atractiva. Deja pistas evidentes de cómo puedes ayudar a esa empresa con lo que sabes hacer, qué les puedes ayudar a solucionar, qué problemas tienes detectados en su empresa, qué planes se te ocurren para resolver esas necesidades o pegas… Tienes que generar seguridad y te tienen que ver como la persona que puede ayudarles en lo que realmente necesitan.

Séptimo. Debes provocar una llamada a la acción para que contacten contigo y al menos te entrevisten, para que puedas demostrar ese potencial que vieron en tu carta y CV. Es bueno que os guardéis algún as en la manga, para impresionarles aún más en las entrevistas que tengan con vosotros.

Octavo. La carta tiene que ser breve y, como máximo, debería ocupar un folio. Intenta ser original, sincero y optimista. Te tienen que ver como una solución y que les quede claro desde el principio qué puedes aportar, ese punto fresco que pueden necesitar. Es decir, que no eres más de lo mismo. No dudes en contar alguna anécdota o reunir todos los apartados como si fuera una historieta en la que narras tus aventuras. Es una forma diferente de vender lo que sabes hacer. Arriesgar no conlleva triunfar; hacer cosas diferentes siempre ayuda para alcanzar el éxito.

Tu carta de presentación te tiene que reflejar a ti mismo y eso conlleva mostrar tu esencia y tus diferencias. Si te dedicas a enumerar las competencias que requieren todas las empresas de los candidatos en las ofertas que publican, serás uno más, no destacará para que se centren en ti, en tus puntos fuertes y lo mejorable. Cada persona es diferente y tenemos que saber sacar partido a nuestra candidatura, para que nos vean interesantes en comparación con otras personas que optan a esa vacante.

Y sí, ya lo sé. Me diréis que es mucho trabajo. Ciertamente, recomiendo tener una carta de presentación maestra que ir adaptando a cada oferta concreta a la que optemos. No es empezar desde cero, pero sí que te garantizo que, si responde a esas “preguntas” que lanza la oferta, tendrás más posibilidades de pasar al siguiente estado. Si ves que el estilo que usas no funciona, razón de más para que vayas probando diferentes tipos de cartas, que dejen reflejo de tu alma profesional. Mucha gente dice que hacer una carta de presentación, requiere dedicar tiempo y siempre digo “¿qué no requiere inversión de tiempo en esta vida?”

Lo importante en la búsqueda de oportunidades es conseguir dejar buen sabor de boca en las personas a las que les llegan tu CV y carta, para que tengan claro quién eres, qué ofreces y para que quieran conocerte más. Si eres uno más, será complicado conseguir estar entre las personas que participan en el proceso de selección.

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