Los problemas de Salud Mental son un problema prioritario hoy en día y es urgente visibilizarlos cada vez más. Hoy voy a intentar ayudarte en el ámbito de la autoestima y control sobre ti mismo.

Tenemos que normalizar que la vida de todos pasa por etapas, en ocasiones a cualquier persona se nos puede hacer cuesta arriba afrontar determinadas situaciones y podemos necesitar ayuda. Cuando tenemos una dolencia acudimos al médico/a. y cuando estamos mal a nivel mental, tenemos que acudir al psicólogo y/o psiquiatra para que nos den herramientas para saber afrontar lo que nos ocurre. Acudir a estos profesionales es tan necesario como acudir a cualquier otro especialista.

La Salud Mental, sí, importa

Vivimos en una sociedad cada vez más acelerada, competitiva y egoísta. Tenemos que volver a reconciliarnos con la humanidad para evitar que las pocas luces de algunos nos lleven a situaciones peligrosas y dolorosas, que nos parecen de otra época.

Tendemos a vivir en exceso en el pasado y en el futuro, olvidando que la vida es el presente. Mañana no sabemos qué ocurrirá y lo que pasó ayer ya no tiene remedio. Toca asumirlo y seguir adelante. Igualmente, todos en algún momento nos centramos en lo que nos falta, olvidando lo que ya tenemos y lo afortunados que somos por ello. Si siempre estamos comparándonos con los demás y lamentándonos por lo que nos falta, se nos pasa la vida y jamás seremos felices. La vida son momentos y no cosas. Todo lo material se queda aquí y los recuerdos nos los llevamos con nosotros, no lo olvidéis.

Preocuparnos en exceso no soluciona nada, y en muchas ocasiones nos paraliza, haciendo que estemos estresados, alterados y preocupados, afectando a todas las facetas de nuestra vida. La vida son circunstancias y tenemos que saber afrontarlas con la mejor cara posible. Aquí te dejo algunas claves para intentar evitar la ansiedad y el estrés; son fáciles de mencionar. Lo complicado es aplicarlo.

Primero. Si hay algo que te preocupa, ¿Qué solucionas con darle mil vueltas? Para empezar, piensa, ¿depende de ti lo que pueda ocurrir? Si la respuesta es que no, asúmelo y sigue adelante. Por supuesto si la respuesta es que sí, pregúntate qué tienes que hacer para buscarle solución y comienza ya a solucionarlo.

Segundo. Eso que te preocupa ¿es real? ¿ha ocurrido ya?, ¿qué probabilidad tiene de que ocurra? y ¿qué sería lo peor que pasaría si ocurriese? Lo digo porque el 90% de las cosas que nos preocupan jamás ocurren; y el 10% de las que sí lo hacen para nada son tan catastróficas como las imaginamos en nuestra cabeza.

Tercero. Debes hablar sobre lo que te preocupa, perturba o molesta. Cada vez nos metemos más en nosotros mismos, haciendo de todo un mundo. Cuéntaselo a tu círculo cercano, es decir, a personas que sabes que te quieren tal y como eres. Que no te juzgan, y que quieren lo mejor para ti. Si te da reparo, busca un profesional al que poder contar esto y que te de herramientas para hacerlo. Contar las cosas nos sirve de respiro y aporta otras perspectivas. Por supuesto, debes guiarte por tu instinto para saber elegir a las personas con las que tienes confianza. No vale cualquiera.

Cuarto. Identifica qué situaciones, tareas, personas o problemas te hacen preocuparte en exceso, tener ansiedad y generarte cambios en tus rutinas de sueño o comida. Tendrás que averiguar por qué ocurre eso y cómo le puedes encontrar una solución lo más satisfactoria posible para ti. En ocasiones puede venirnos bien alejarnos de determinadas personas, porque no nos hacen bien o no nos sienta bien su compañía.

Quinto. Debes aprender a quitarle hierro al asunto que te preocupa, incluso a tomárselo a risa, para conseguir rebajar tu nivel de preocupación. Imagínate que te da pánico pensar en que te puedan despedir de tu empleo actual. Si ya has sufrido algún otro despido y saliste adelante, ¿por qué ha de ser diferente? Cree en ti y en tus posibilidades. Tenemos que sonreírle a la vida, aunque las circunstancias no acompañen en absoluto. Cuando venimos al mundo no nos dan instrucciones de la forma más adecuada para vivir. La vida es pasión, felicidad y sufrimiento; es parte de la incertidumbre que supone vivir.

Sexto. En esta vida todo tiene solución menos la muerte. Todos vamos a morir y estamos aquí de paso. Habrá determinadas cosas que nos vayan a ocurrir que serán muy duras y aunque las imaginemos, no sabremos cómo reaccionaremos cuando lleguen. Tienes que seguir adelante y si no eres capaz por tu cuenta, pedir ayuda para que te acompañen en ese proceso vital difícil. Nos cuesta pedir ayuda porque todos somos orgullosos y tendemos a mirar con subjetividad lo que nos ocurre.

Séptimo. Debes aprender a desconectar de lo que te preocupa. Esto significa que tienes que reservar momentos para ti y dedicarlos a actividades que te gusten, apasionen y relajen. En ocasiones nos preocupamos en exceso de los demás, olvidándonos de nosotros mismos, porque nos creemos muy fuertes. El cuerpo humano es sabio y nos va dando señales. En ocasiones, lo que ignoramos vuelve con más fuerza.

Octavo. No hacemos nada con mirar para otro lado y pensar que las cosas se solucionarán por sí solas. Si tienes un problema debes afrontarlo de la mejor forma que sepas para conseguir encontrarle la solución que necesites o al menos te haga sentir mejor. A los problemas debemos buscarles soluciones para intentar estar mejor, aunque nos suponga tomar decisiones dolorosas o duras.

Tenemos que buscar nuestro equilibrio y mirar por nuestro bienestar vital y profesional. Estar todo el día estresado no es bueno. En mi caso, cuando algo me preocupa o estresa demasiado, dejo de ser productivo, es decir, me paralizo y no rindo como me gustaría. La persona más importante para ti mismo eres tú. Siempre te vas a tener y eres lo más prioritario. Si tú no estás bien, tienes un grave problema y debes buscar una solución efectiva. Así que debes evitar los parches, que al final pueden agravar mucho más el problema.

No podemos pensar que la vida será como en las películas, todo ilusión, felicidad y pasión. La vida son momentos y etapas. No olvides que todo llega y todo pasa. En el siglo XXI las plataformas sociales nos venden vidas perfectas que frustran al resto de los mortales porque añoramos esa perfección irreal. Tenemos que vender realidad y al final todas las vidas son rutinarias, porque las personas tenemos hábitos. Esa gente que nos dice que si trabajas en algo que te apasiona no te costará ir a trabajar te miente. Aunque te guste tu trabajo, algunas tareas te darán pereza y algún día te costará ir a trabajar, es parte de la vida y sus etapas. Somos humanos y si estás de vacaciones no querrás que se acaben, aunque puedas estar satisfecho con tu trabajo.

La vida toca encararla con valentía y estar abiertos a lo que nos venga, asumiendo que no todo será luz y color. Ya se lo pondremos nosotros con nuestra actitud por seguir viviendo nuestra aventura vital.

Más artículos de Antena Laboral aquí. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *