Cierra los ojos, ¿qué viene a tu mente si lees… “Zahara de los Atunes”? Quizá playa, mar, verano, vacaciones, azul, buceo, pescaíto frito, Andalucía, sur, brisa… O quizá no, quizá solo piensas qué tipo de lugar es, sin más. ¿Y si lees la palabra “Detroit”? ¿Son las mismas sensaciones? Así empezamos el taller de naming en Zaragoza Activa el pasado 28 de marzo. He de decir que para todos los asistentes las palabras fueron evocadoras y les sugirieron un buen puñado de sensaciones.
Y es que para lograr un buen nombre para vuestro producto hay que sentir de alguna forma la magia de las palabras.
Si no has sentido ninguna sensación diferente al leer Zahara de los Atunes de la palabra Detroit, quizá no tengas esa predisposición. Así que te aconsejaría, sin dudarlo, que dejases la búsqueda del nombre en manos de alguien que crea en la magia de las palabras.
Para el resto, os contaré en este post un método sencillo y a la vez riguroso para atrapar ese nombre único que queremos lograr. Es un método que pusimos en práctica en el mismo taller, como todos los que suelo recomendar en mis formaciones.
Veremos el proceso, pero antes tomemos tierra con unas reflexiones y recomendaciones previas.
Emprendedora, emprendedor: Si estás buscando nombre para ti o tu proyecto no dejes nada al margen. Empápate de información sobre lo que haces, publicaciones del sector, palabras que aparezcan en tu propuesta de valor, nombres clave de tu producto o servicio. Nadie mejor que tú para conocer el universo de tu nombre. Eres el mayor experto en tu producto, aprovéchalo.
Si eres un profesional del marketing y quieres ayudar a un cliente a encontrar ese nombre es imprescindible: una reunión en profundidad para conocer los motivos de esa creación de nombre y los valores y la visión de la empresa.
Existen generadores de nombres automáticos en internet. Como existen de muchas otras cosas. Dejémoslos a un lado de momento. Y empecemos apagando el móvil o el ordenador. Los mejores nombres surgen de la desconexión.
Lo he comprobado en todos los talleres de naming realizados, hacemos una simulación de búsqueda de nombre y doy un tiempo para trabajar en grupo. No se permite el uso del móvil durante 10 minutos. A continuación, el mismo tiempo con móvil. La diferencia es abrumadora, en todos los grupos nuestra mente empieza a crear y asociar conceptos y sensaciones de forma natural. Somos torrentes de nombres.
En el momento que nos conectamos a internet los nombres que aparecen son los ya creados y es más difícil tomar distancia y no imitar lo que ya existe.
Internet es muy útil cuando queremos encontrar variaciones de nuestro nombre, sinónimos, antónimos, prefijos o sufijos, la misma palabra en otros idiomas…
Verás como si realmente estáis en ese proceso como todo llamará la atención, los titulares, los rótulos de establecimientos, las palabras de ciertas conversaciones… puede que incluso de noche tu mente siga generando nombres, así que ¡papel y lápiz cerca siempre!
Antes de comenzar nuestra lista de nombres debemos hacernos preguntas como estas:
Como hemos dicho es un proceso fácil pero riguroso. Porque funciona a través de listas. Una vez contestadas esas preguntas y teniendo claras 3 o 4 características que debe cumplir nuestro nombre, crearemos dos listas, una a continuación de la otra:
¿Por qué las listas? Entre otras razones porque es normal que una vez elegido el nombre nos encontremos con ese muro registral de dominio y ya esté ocupado. Trabajando por listas generaremos posibilidades y no nos bloquearemos teniendo que volver a empezar si ya estuviera ocupado el dominio o el nombre de usuario para redes sociales elegido.
Una vez nos contestamos a todas estas preguntas, aunque sea de forma instintiva pero clara, debemos tomar papel y boli y comenzar a producir nombres. La clave: sin censura, todos los nombres son buenos en un principio.
Y sin conexión. Si sois varios en el proyecto trabajad en grupo, la diferencia de visiones enriquece la búsqueda.
Puede parecer imposible, pero 100 nombres pueden surgir en 20 minutos de reflexión o conversación. Lo difícil llega luego, que hay que eliminar y dejar solo los adecuados.
Para pasar de la lista larga a la corta podemos hacernos preguntas como:
Y ahora queda el último escalón: ¿está libre el nombre como dominio web? ¿Y en redes sociales? ¿Y si quiero la propiedad registral?
Si no lo estuviera piensa que por un lado puedes modularlo con prefijos, sufijos o incluyendo nombre de una localidad. Y por otro lado tienes toda una lista de nombres a la que acudir, no tienes que empezar de nuevo.
Por último, recuerda, date tiempo, tu nombre es lo que eres o… lo que quieres llegar a ser.
Cristina Castejón
www.cdecontar.es
Instagram: @cdecontar
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