Iniciamos con este artículo una serie de publicaciones sobre un tema que me apasiona y que, en el mundo del emprendimiento o en el mundo empresarial, es crítico tener una pequeña base sobre el mismo. Me estoy refiriendo a la ‘Gestión de Proyectos’

En muchas ocasiones escuchamos la palabra “proyecto” en frases del tipo “voy a comenzar en un proyecto”, “me han invitado a formar parte de un proyecto”, etc.

Gestión de proyectos

Pero… ¿Sabemos realmente qué es un proyecto?

Para comenzar, empezaremos diciendo que no todo trabajo realizado es siempre un proyecto.

Y haremos una diferencia entre aquellos equipos de trabajo que desarrollan actos repetitivos y rutinarios, siendo cada día prácticamente igual a cualquier otro, y aquellos trabajos en los que no es así, y la rutina es prácticamente inexistente.

Para definir proyecto lo haremos usando varios criterios que son indispensables en un equipo de trabajo para poder calificarlo como tal:

  • Es temporal. Es decir, tiene una fecha de inicio y una fecha de finalización.
  • Tiene por objetivo la creación de un producto o un servicio.
  • Un proyecto cuenta con recursos limitados.
Gestión de proyectos

Un proyecto es temporal:

Ya sea que estamos hablando de un proyecto de una gran magnitud y repercusión, o ya sea un proyecto muy reducido tanto en presupuesto como en el tiempo, para poder considerarlo proyecto, deberemos conocer siempre la existencia de una fecha de inicio y de una fecha de finalización.

Aunque no existe un criterio consolidado podríamos decir que la duración de un proyecto oscilará entre un mes de duración y 4 o 5 años. Eso sí, matizando que siempre pueden existir excepciones ya que debido a su complejidad existen proyectos de duraciones mayores.

Aparte de existir una duración concreta, también es importante citar que el desarrollo de un proyecto se realiza a lo largo de distintas fases. Pero a este tema quiero dedicarle un nuevo post, ya que exige adentrarse bastante en la explicación de cada una de ellas.

Un proyecto tiene por objetivo la creación de un producto o un servicio:

Al iniciar un proyecto deberemos dejar bien claro cual es la misión del mismo, y cuales son los distintos objetivos. La misión nos dará a conocer cuál es el motivo principal por el que vamos a involucrarnos en ese proyecto.

Es decir, la “cosa” que queremos crear, bien se trate de un producto o de un servicio, pero esto deberá estar perfectamente identificado y definido.

Un proyecto cuenta con recursos limitados:

Uno de los sueños de cualquier Gerente o Gestor de un Proyecto (en inglés Project Manager) es que los recursos fuesen ilimitados, que pudiésemos contar con un número ilimitado de recursos humanos, un presupuesto sinfín y unos recursos técnicos ilimitados, pero lamentablemente todos sabemos que esto no es así, y un proyecto siempre va a conllevar unas limitaciones presupuestarias y consecuentemente de cualquier otro tipo de recursos, ya sean de personas, tecnológicos, etc.

Esto condicionará en todo momento el día a día de nuestro proyecto.

Y deberemos ser siempre conscientes de cuales son los límites con los que podemos jugar para llevar a cabo nuestro proyecto.

En resumen:

Sabiendo esto, ya somos capaces de identificar qué es es un proyecto.

Sobre esta definición, me gustaría añadir un par de ejemplos para entender que un proyecto no conlleva consigo la creación de algo realmente grande o de una repercusión máxima, y diremos que un proyecto puede ser por ejemplo “la creación de un juego de mesa y 4 sillas” y a su vez un proyecto también puede ser “la creación de un hotel” con todo lo que esto conlleva.

Por lo tanto, la definición de proyecto no implica una magnitud del producto. Lo que sí que implica son los tres criterios que hemos repasado en este artículo.

Espero que os sea de utilidad para la gestión de proyectos personales.

Por Carlos Díaz Beamonte

“Viajar por Aragón”

Comunicación La Colaboradora

La Colaboradora es un espacio físico de Inteligencia Colectiva donde una comunidad colaborativa trabaja en sus proyectos empresariales, sociales o creativos con el único requisito de pago de intercambiar ideas, servicios y conocimiento a través de un banco del tiempo para fortalecer la economía colaborativa de sus miembros y su entorno.

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