El estancamiento profesional, sí, existe. Y hoy hablamos de ello en una nueva entrega de Antena Laboral en Blog ZAC. Me hace mucha gracia la frase que se atribuye a Confucio que ahora nos venden muchos influencers que dice: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Está claro que trabajar en algo que te gusta ayuda mucho; aun así, todos los trabajos tienen cosas que te apasionan y otras tareas del mismo que te resultan soporíferas, porque no existe el trabajo ni la empresa, ni la persona perfecta.
También dicen que si te da pereza volver al trabajo y a la rutina tras tus vacaciones, es significado de que algo te pasa. Es lógico que cueste volver a la normalidad, aunque te guste tu trabajo. Todos somos humanos y de ocio y de vacaciones se está siempre bien. Puede ser que un domingo por la noche te dé pereza o pánico comenzar la semana, porque del fin de semana se está muy bien. Si todos los domingos te pones malo, porque tu trabajo te tiene desesperado y lo detestas, igual deberías plantearte hacer cambios en tu vida profesional. Lo que no debemos hacer es sacar las cosas de quicio.
El estancamiento profesional, sí, existe
En ocasiones te puede gustar tu actividad o profesión y lo que no te encaja es la empresa son las personas con las que trabajas. Porque no te ajustas con esa filosofía de hacer las cosas, con ese estilo de liderazgo, con esos valores y cultura o con otros aspectos de esa empresa… No es lo mismo trabajar de técnico/a de marketing en una empresa que en otra.
En una empresa te pueden decir todo lo que tienes que hacer y en otra te dejan mucha autonomía en la forma de ejecutar y presentar tu trabajo. No todo el mundo se adapta a ambas formas de ejecutar un mismo trabajo en una compañía u otra. Cada empresa funciona de una forma diferente aunque se dediquen al mismo sector empresarial. Nos tocará conocer cómo funcionan las cosas en cada empresa para intentar adaptarnos.
Ni todas las empresas son para todas las personas, ni todas las personas encajan en cualquier compañía. Tenemos que encontrar nuestro sitio adecuado que nos permita avanzar y crecer en lo profesional. Igualmente puede llegar un momento en que te des cuenta que tu profesión no te gusta y necesitas cambiar de actividad o profesión, quizás ese cambio puede llevar más tiempo, dependiendo de la formación y de las competencias que se precisen, en función del bagaje formativo, competencial y experiencial que ya puedas aportar previamente. Lo que sí que tengo claro es que nunca es tarde para nada. Otra cosa es que sea fácil.
Te dejo algunas claves o pautas para poder prevenir el estancamiento profesional en tu rol, actividad empresarial u organización, asumiendo que no existen fórmulas mágicas.
Primero. – Analiza qué te falta en tu trabajo, actividad, rol y/o empresa. Teniendo las respuestas, ¿qué puedes hacer, intentar o plantear para mejorar eso que te incomoda o molesta? Si tras hacer ese intento, que quizás sea hablar con tus responsables o con tu área de recursos humanos, te quedas igual que estas, quizás ha llegado el momento de buscar fuera lo que no te aporta tu trabajo actual.
Segundo. – Cuando llevas un tiempo en un trabajo es lógico que te estanques un poco, es decir, que toques techo, una vez que ya sepas hacer todas las tareas, controles los procesos de esa empresa y tengas claro la dinámica de funcionamiento de todo, aunque tarda tiempo en llegar. Cuando llegue, ¿qué puedes hacer para que tu trabajo y tareas tenga retos nuevos? En alguna ocasión se trata de hacer las cosas de forma diferentes, de buscar otras tareas que puedes hacer o plantear a tu empresa y/o departamento actividades proyectos, que pueden ser interesantes desarrollar o explorar. Aunque esto depende de tu empresa y tendrás que sabérselo vender de formas adecuada.
Tercero. – Debes plantearte qué puedes aprender nuevo en cuanto a tareas, conocimientos o rol dentro de tu actividad o empresa. Muchas veces se trata de aprender herramientas, conocimientos, metodologías o cosas nuevas que tengan aplicación en tu trabajo para después integrarlos en tu día a día y esto te puede abrir un nuevo mundo, dando un giro de 180º a tu estancamiento profesional. No debemos olvidar que cuando nosotros cambiamos y también cambiamos nuestra perspectiva todo puede cambiar, sobre todo aquello que en cierta manera depende de nosotros en algún aspecto.
Cuarto. – Dota de objetividad y realidad a tu estancamiento. Esto supone quitarle toda la capa de subjetividad que tiene ese asunto. Muchas veces nosotros mismos no ayudamos a evitar ese estancamiento porque nos cuesta cambiar, porque somos personas de hábitos y hacer algo diferente nos produce escalofríos. Para obtener resultados nuevos, toca hacer las cosas de otra forma y muchas veces estamos anquilosados, porque nuestro árbol mental perezoso nos impide ver el frondoso bosque a nuestro alrededor.
Quinto. – Debemos tener siempre metas y retos en el ámbito profesional que nos hagan salir de nuestra zona cómoda para evitar llegar a nuestro techo. Se trata de hacer ese techo cada vez más alto para tener zona de crecimiento y desarrollo. Esto supone desterrar de tu vocabulario frases del estilo: “ya soy mayor”, “es demasiado tarde para mí”, “soy incapaz de aprender eso”, “se me da mal hacer esto”, “que lo haga fulano”, “no tengo tiempo”… y otras muchas que no hacen más que paralizarnos y boicotearnos en lo profesional.
Sexto. Deja de quejarte y actúa de una vez. Si algo no te gusta haz cosas para cambiarlo. La queja constante paraliza y te hace volverte una persona gruñona y malhumorada con la vida. No puede ser todo malo; alguna cosa tiene que ser buena o adecuada dentro de tu trabajo, empresa y rol. Siempre hace mucho la actitud con la que nos tomemos las cosas. No se trata tanto de lo que te ocurre sino de cómo afrontamos lo que nos ocurre, porque esto lo cambia todo.
Séptimo. – Analiza lo que tienes y qué te falta para estar en plenitud a nivel profesional para trazar la estrategia a seguir a partir de aquí. Muchas veces nos centramos en lo que nos falta, olvidando lo que ya tenemos. No debes conformarte y debes luchar por conseguir lo que te haga feliz.
Mucha gente está apoltronada en lo profesional esperando un milagro que lo cambie todo sin hacer nada. Quieren que ese cambio llegue de la nada y sin esfuerzo alguno. Es factible cambiar, pero, desgraciadamente, requiere esfuerzo, sacrificio y dedicación por nuestra parte. En ocasiones, cuanto menos hacemos, menos queremos hacer y entramos en una dinámica muy peligrosa que nos hace hundirnos más en el lodo profesional.
Lo que no cambia nada es quejarte y no hacer nada. El que algo quiere, algo le cuesta; tenemos que asumir el protagonismo de nuestro desarrollo profesional. Obviamente no será fácil, pero tampoco imposible.
Debes analizar tu situación recopilando toda la información y mirándola desde todas las perspectivas y visiones posibles, para tener los pros y los contras de cara a tomar la decisión más adecuada. También te ayuda priorizar todas las decisiones posibles por si la primera opción falla.
En el río de la vida profesional, el estancamiento es como un pez atrapado en una charca. Para nadar hacia nuevas oportunidades necesitas el coraje de saltar a un río más caudaloso. Recuerda: quien no arriesga, no cruza el río.