Actualmente, existe un debate sobre si debemos hablar de “marca personal” o “marca profesional”. Sin embargo, centrarnos en esta distinción puede hacernos perder de vista lo realmente importante: la huella que dejamos en los demás con nuestro trabajo, nuestros resultados y nuestras habilidades.
Nos guste o no, todos proyectamos una imagen en los demás. Todo lo que hacemos (o dejamos de hacer) dice algo sobre nosotros. Sin embargo, muchas personas le dan demasiada importancia a lo que los demás opinan sobre ellas, cuando la realidad es que la mayoría de la gente no está pendiente de nuestra vida, logros o trabajo. Es fácil caer en la crítica superficial y el chisme, sin tomarse el tiempo de conocer la verdad. No importa lo que hagas, nunca le vas a gustar a todo el mundo, y cuanto antes aceptes esto, menos disgustos te llevarás.
Muchas personas trabajan por cuenta ajena, es decir, ponen su conocimiento, experiencia y habilidades al servicio de una organización a cambio de un salario. Sin embargo, independientemente del tiempo que lleves en una empresa, es fundamental que te valoren por tu talento, trayectoria, profesionalidad y los resultados que eres capaz de obtener.
Algunos empleadores creen erróneamente que las personas que trabajan en sus empresas les pertenecen, pero esto no es así. Fuera del horario laboral, cada trabajador puede dedicar su tiempo y conocimientos a lo que desee. Las organizaciones reciben el valor profesional de sus empleados a cambio de una compensación económica, pero el verdadero compromiso se logra cuando la empresa y sus trabajadores se cuidan mutuamente, generando una relación de reciprocidad. Lamentablemente, esto no siempre sucede.
Las empresas deberían estar orgullosas de contar con empleados reconocidos en su sector por su trayectoria y conocimientos. Estas personas tienen influencia propia, más allá de la organización en la que trabajan. Es clave establecer reglas claras para diferenciar cuándo representas a la empresa y cuándo te representas a ti mismo. Siempre habrá personas que intenten tergiversar esta situación, pero lo importante es comunicarlo con claridad y no dar pie a malos entendidos. Contar con empleados que desarrollan su marca personal es positivo y habla bien de la empresa.
Cada persona tiene necesidades y prioridades diferentes. Algunos empleados no sienten la necesidad de desarrollar su marca personal y están cómodos así, lo cual es completamente válido. Pero hay quienes necesitan sentirse realizados más allá de su trabajo en una empresa, y eso también es respetable. No podemos pretender que todos sean iguales. La sociedad tiende a comparar y aquellos que hacen algo distinto suelen ser criticados, pero lo importante es tener un foco claro y seguir adelante sin dejarse influenciar.
La envidia dice más del que la siente que del que es envidiado. Si admiras lo que alguien ha logrado, en lugar de criticarlo, dedícate a trabajar para conseguirlo también.
Con protocolos claros, comunicación fluida, mentalidad abierta y un compromiso con la profesionalidad y la libertad responsable, es totalmente posible desarrollar una marca personal potente mientras se trabaja en una organización. Una cosa no excluye a la otra.
¿Por qué aún hay empresas que no comprenden que sus empleados no les pertenecen?
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