Dice Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de ESADE, que las mejores ideas surgen donde se encuentran las fronteras y las diferencias. La innovación social, según Carreras, es especialmente fructífera cuando se da en espacios de colaboración entre sectores. Esto es, entre la empresa privada y la administración, por ejemplo; entre el sector social y el ámbito académico, o incluso desde la participación de la ciudadanía en contextos tradicionalmente más formales. Es lo que llaman la coinnovación social.
No es necesario ir muy lejos para encontrar múltiples y muy variados ejemplos capaces de dar fe a esta teoría. Hoy encontramos en nuestro país proyectos punteros que están a la vanguardia de nuevas maneras de entender la gestión de las personas y de los espacios. Tenemos centros privados de coworking como LabCoop, una cooperativa sin ánimo de lucro que apoya la creación de empresas sociales desde un fuerte componente de transformación social; o espacios públicos convertidos en metalaboratorios como Medialab Prado, cuyo objetivo es dar cabida a proyectos ciudadanos basados en las nuevas tecnologías, la colaboración y la apertura de datos.
Zaragoza Activa es también uno de estos proyectos socialmente coinnovadores que va mucho más allá de ser un espacio que aloja eventos, talleres o ambientes de coworking. Es una iniciativa pública con cierta independencia política que visualiza una ciudad integrada y cuyas relaciones entre sectores sean ágiles y productivas. Un proyecto que funciona creando vínculos capaces de encontrar soluciones compartidas a problemáticas sociales. Que trabaja a través de alianzas sectoriales cruzadas y cuyo objetivo esencial es la generación de espacios públicos conectados con el ciudadano del siglo XXI.
Y poco a poco va poniéndose el mundo por montera. En sus cinco primeros años de existencia, Zaragoza Activa ha creado y liderado un ecosistema compuesto por 395 proyectos empresariales alojados en cuatro servicios propios muy particulares, y que paulatinamente van democratizando el emprendimiento: Semillero de Ideas, Vivero de Emprendedores, el programa Yuzz y La Colaboradora. Cada uno destinado a grupos de emprendedores con necesidades concretas y cuyas fases de desarrollo llevan velocidades dispares. El Estudio Ranking Funcas de Viveros de Empresas en España acaba de nombrar a Zaragoza Activa uno de los mejores viveros de empresas de nuestro país. Un reconocimiento que se une al hecho de que el 79% de las empresas incubadas en su Vivero de Emprendedores desarrollan su proyecto con éxito, una cifra para tener en cuenta. Además, y aunque todavía está por demostrar, Raúl Oliván, director de Zaragoza Activa, asegura que RedZAC, la red social que reúne a sus más de 7.000 usuarios, tiene visos de convertirse en la primera plataforma capaz de redefinir la relación entre los proyectos públicos y sus usuarios. Si es así, lo veremos en un futuro no muy lejano.
Pero sin duda, una de las características principales y probablemente más importantes de la coinnovación social, aquélla que surge de la colaboración y la conversación entre sectores, es que puede desarrollar un sistema abierto que permita a las personas que se encuentran excluidas recuperar sus capacidades y potencial. Y aquí es donde entra una de las labores imprescindibles de Zaragoza Activa, probablemente fruto del tesón y la flexibilidad de sus responsables. Pero también el resultado de experimentar con otros actores sociales interesados en mejorar y aportar soluciones reales a problemas difíciles. El programa #25 talentos, el No Master o su abultado calendario de actividades mensuales son sólo algunos de los proyectos nacidos, desarrollados y consolidados en Zaragoza Activa y que impulsan diariamente la reintegración laboral de cientos de personas en el sistema.
La Azucarera es hoy también el hogar de proyectos innovadores cuyas consecuencias y ramificaciones todavía desconocemos. Acoge en su Banco de Ideas Colaborativas conceptos tan singulares como excepcionales que ya son una realidad en otros lugares del mundo. Ideas que nacen fruto de la experimentación entre disciplinas habitualmente desconectadas, y que en Zaragoza Activa se les da forma con el objetivo de trasladarlas a la ciudadanía. Una ciudadanía que es libre para empoderarse y adoptar estas ideas con el objetivo de mejorar su realidad cotidiana.
Este proyecto municipal aglutina un buen puñado de proyectos nuevos que surgen a raíz de conversaciones multisectoriales llevadas a la práctica a través de, en muchas ocasiones, el método ensayo y error. Proyectos vivos, liderados por alquimistas del siglo XXI, que fluyen y se ramifican. Entran, salen, aparecen y a veces desaparecen temporalmente para regresar con más fuerza y consistencia. Proyectos capitaneados por gente inquieta, con capacidades y conocimientos muy variopintos, y que iremos desgranando poco a poco en esta nueva sección de BlogZAC, Cocina Abierta. Queremos entrar en el corazón de la antigua azucarera y ver qué se está cociendo en sus calderas. Mantener las puertas de su cocina bien abiertas y dejar que salgan los aromas que nutren la filosofía del cambio, la esencia de aquellos ingredientes capaces de convertir el plomo de hoy en el oro de mañana.
Foto: Nacho Bueno