¿Puede el Ayuntamiento de Zaragoza permitir que sus funcionarios sean más creativos en su quehacer diario? La manera de introducir la innovación social en las lógicas de la burocracia preocupa a la vicealcaldesa Luisa Broto. Pero queda camino por recorrer.
La también consejera municipal de Derechos Sociales se tomó el primer CaféCO del año con los miembros de La Colaboradora. Aprovechó para invitarlos a pensar en nuevas fórmulas que permitan a los burócratas soñar con nuevos retos. Ojo, que no es una viñeta de Forges.
La tertulia con los emprendedores discurrió en torno a la rigidez burocrática que aun hoy representa a las instituciones gubernamentales. Nada que ver con la flexibilidad que caracteriza a otros entes como las empresas o los movimientos sociales. También se desechó la idea de que para trabajar por la ciudad se tenga que estar en la plantilla del ayuntamiento.
El punto de partida
La ineficiencia de la burocracia es uno de los principales lastres de la competitividad en España, pero las personas que están detrás de las instituciones pueden ser agentes del cambio. Y aunque muchas veces tienen la voluntad de añadir más valor a su trabajo, a veces no existen los mecanismos.
¿Deben las instituciones simplemente ser facilitadoras de la innovación, mediadoras, compañeras de camino? ¿Es necesario que gobiernos, empresas e individuos hablen el mismo idioma?
La vicealcaldesa admite que un funcionario, que obtiene su plaza en el servicio público por oposición, tiene todo el derecho de “sellar y punto” si eso es lo que quiere. Pero no puede esconder su inquietud por dejar atrás el inmovilismo de la administración y transitar hacia una mayor altura de miras. Hay que dar a los trabajadores herramientas para que participen en el impulso de políticas públicas. Las fórmulas habrá que estudiarlas.
Jesús Domínguez, asesor del área de Derechos sociales del ayuntamiento, también formó parte de este distendido CaféCO en la Azucarera. Y celebra que Zaragoza Activa comparta con el actual gobierno municipal esa voluntad de abrir los cauces de la participación social.
Zaragoza Activa, ese cuarto espacio
El ejemplo lo pone sobre la mesa el director de Zaragoza Activa. Raúl Oliván describe el ecosistema generado entre la Azucarera y Las Armas como “un cuarto espacio”: ese donde convergen lógica pública (el interés general), lógica privada (la innovación, la acción) y lógica social (los activismos, el pensamiento crítico).
Frutos de esta intersección son programas de mediación como el de MIE que está por implantarse en Zaragoza.
Luisa Broto aprovechó el encuentro con emprendedores para sumarse a las felicitaciones del Alcalde Pedro Santisteve por el premio que la red Eurocities entregó a La Colaboradora en noviembre reconociendo su trabajo de innovación social.
Esperamos que pronto llegue el segundo round con la vicealcaldesa para concretar qué papel compete a iniciativa privada y administración pública en la nueva ecuación colectiva. Para eso, la comunidad de La Colaboradora ya le entregó una comoneda (una hora del Banco del Tiempo), que podrá canjear para un nuevo intercambio de ideas con alguna de las personas que la integra.
¡Estamos listos para otro CaféCO!
Foto de portada: Eva del Ruste